Albóndigas con tomate. Sí, sí. ¿Qué pasa? Me gustaría saber cuántas albóndigas habrán hecho en total todas nuestras madres y abuelas juntas. Y claro, esta receta no podía faltar. Os dejo, pues, una receta básica pero hecha con ingredientes naturales... ecológicos... y de toda la vida. No se puede abusar, pero a mojar pan, chicos, que es media vida. Para hacer la salsa de tomate, aprovechad la temporada de tomates maduros... y ecológicos... que son la bomba.
400gr. carne de ternera picada
400gr. carne de cerdo picada
3 dientes de ajo
2 huevos
perejil fresco
leche
pimienta negra
pan rallado
harina
aceite para freír
sal
salsa de tomate
Variantes:
Podéis modificar el % de carne de ternera respecto de la de cerdo. Yo acostumbro a hacer un 60% vs 40%.
Se puede acompañar el plato de guisantes
Se puede añadir al final una picada de almendras, azafrán y carquiñoles
Primero de todo os recomiendo preparar la salsa de tomate.
Siempre queda mejor que la salsa de tomate de tarro.
La coláis...
... un poco de pimentón dulce...
... y cuando esté bien cocido lo paramos.
Lo reservamos... y lo traspasamos, si queremos, a una cazuela de barro.
Vamos a por las albóndigas. Mezclad bien las dos carnes... y saladlo.
Añadid también la pimienta negra.
Como una cucharadita.
Añadid también el ajo y perejil picados... pero no remováis todavía.
Añadid los huevos... aunque con un solo huevo, para mí, ya es suficiente.
Ahora, en otro recipiente, mezclad miga de pan con leche, bien remojada. Con tres migas de tres rebanadas de pan de payés es suficiente.
Haced una pasta... con las manos bien limpias.
Ahora incorporad esta pasta a la carne...
... tres o cuatro cucharadas de pan rallado... y a removerlo todo junto.
Y ahora... santa paciencia... y a remover la base un rato.
Una vez hechas las bolas... las enharináis.
Calentad una sartén con abundante aceite para freír... y vais friéndolas.
Que cojan buen color.
Tal cual las sacáis... las podéis incorporar a la salsa de tomate.
Hasta que las tengáis todas hechas.
Ahora sólo nos queda calentarlo todo junto antes de servir.
Y aquí tenéis las albóndigas con tomate de toda la vida.
Fácil, tonto, pero bueno.
¿Mojamos pan o qué? ¡Buen Provecho!