He cocinado las almejas de mil maneras... y al final, te das cuenta que la mejor manera, donde realmente saboreas el auténtico sabor de una almeja es haciéndola a la plancha (o al vapor)... con un poco de limón. Veréis cómo se hacen en 5 minutos de reloj... y quedan fabulosas.
Recordad que si tenéis problemas con el colesterol...las almejas os ayudarán a bajarlo, cosa que no pasa con otros crustáceos y/o mariscos. Podéis utilizar la misma receta para hacer las coquinas, vieiras, mejillones u otros productos similares.
400gr. almeja grande (gallega)
3 ajos
aceite de oliva
limón
sal
Calentad una sartén con un chorrito de aceite de oliva.
Cuando esté caliente, freíd los ajos picaditos.
Sin dejar que cojan demasiado color... incorporad las almejas bien lavadas. ¡MUCHO CUIDADO! ¡PELIGRO DE QUEMADURAS!... vigilad si echáis agua en aceite bien caliente, como es el caso, veréis como enseguida empieza a chispear y a saltar alguna que otro gota de aceite....
... tapadlo enseguida y no os quemaréis.
Pasados unos segundos, cuando el aceite sea bien mezclado con el agua de las almejas... dejará de chisporrotear y será el momento de levantar la tapa para salarlo ligeramente. Tapadlo de nuevo... hasta que las almejas se abran.
Creo que ya os expliqué como abrir un limón con un poco de gracia, ¿no?... pues ahora también lo haremos.
En cuanto todas las almejas estén abiertas... ya podremos apagar el fuego.
Pensad que se cuecen con el mismo calor que tienen... y si quedan un poco crudas, mucho mejor.
Tirad un buen chorro de limón... y removedlas bien. Si queréis añadir más sal... será el momento.
Las emplatamos... y tiramos por encima un chorro de aceite de oliva.
Y a disfrutar... que son dos días.
A mí me gusta servirlas como tapa para el vermú.
Podéis hasta lamer los caparazones de las almejas... que tienen un sabor saladito extraordinario.
Una copita de vino blanco bien fresquita... y no hace falta nada más.
¡Buen Provecho!