A mí me pasa que, a veces, tengo que ir a una fiesta o una celebración y me toca llevar alguna cosita para comer. Normalmente, tienen que ser productos más o menos individuales... y que sean relativamente sencillos de transportar. Con esta receta os muestro cómo podemos hacer unos aperitivos de hojaldre con un poco de salsa boloñesa casera (os recomiendo ver la receta previamente)... y decorados con unas semillas de amapola, que tan de moda se han puesto. Estas semillas no tienen demasiado sabor, son decorativas básicamente... pero cuidado, que no se puede abusar de ellas, ya que tienen un efecto laxante.
Solo nos hará falta una buena cervecita para acompañar unos pastelitos de carne que se comen solos, a media mañana o a media tarde.
1 paquete de masa de hoja (5 láminas para estirar)
200 g de salsa bolognesa
1 huevo batido
semillas de amapola
Tendremos nuestra salsa bolognesa casera ya preparada... y a temperatura ambiente.
Tendremos a mano nuestras semillas de amapola, que podéis comprar en cualquier herbolario.
Un rodillo... imprescindible.
Echamos un poco de harina en la mesa...
... y estiraremos nuestra lámina de hojaldre alargándola.
Yo utilizo la longitud del rodillo... así sé que me saldrán tres hojaldres de cada tira.
Haremos dos tiras por cada lámina.
Ahora, en una punta, pondremos un poco de salsa bolognesa. Más o menos media cucharada.
La cerraremos sobre ella misma... haciendo un triángulo. Tenéis que sellar las dos esquinas haciendo que se peguen las capas de hojaldre. Podéis mojar la zona con un poco de agua, con el mismo dedo.
Sellamos el otro lateral...
y ahora, cogemos la punta y hacemos otro triángulo... montándolo todo sobre él mismo.
Así, queda claro, ¿verdad?... y ahora volvemos a sellar el lateral.
Finalmente, volvemos a terminar sobre sí mismo pero haciendo el triángulo hacia arriba.
Y volvemos a sellar.
Ahora, con un cuchillo, lo cortamos y ya tenemos el primer hojaldrito. Repetiremos el mismo proceso con el resto del hojaldre. Con cinco láminas de hoja os saldrán unas 25 porciones, aproximadamente.
Batimos un huevo.
Colocaremos los pastelitos sobre una hoja de papel cuisson... en una bandeja para el horno y los pintaremos.
Colocadlos bien repartidos. Eso es importante para garantizar una cocción uniforme dentro del horno.
Ahora, las semillas de amapola...
unas cuantas en cada uno...
Perfecto.
Sólo nos quedará hornearlo a 190 grados... durante unos 12-15 minutos.
Y ya los tenemos cocidos.
¿Quedan bonitos, verdad?
Ya podéis disfrutar de unos aperitivos muy sabrosos.
Si los presentáis calentitos (no demasiado)... todavía están mejores, pero fríos también entran bien.
Ummmm... siempre tenéis que probar lo que hacéis antes de servirlo... no sea que falle alguna cosa.
También podéis hacer una especie de empanada rellena con el resto de salsa (si es que os ha sobrado).
Y a disfrutar, que son dos días.
¡Buen provecho!