¡Este arroz es de esos que me vuelven loco! Y es que el cangrejo azul, con toda su controversia, es muy apreciado en cocina. Estos cangrejos son ya una auténtica plaga en nuestras costas, especialmente en la zona del delta del Ebro.
Pero no podemos olvidar que este cangrejo también está acabando con la población autóctona de almejas, mejillones, otros cangrejos y pescados, lo que alterará la fauna (y la industria) de la zona. Es un animal extremadamente agresivo (¡que no os pille un dedo!) y se reproduce de forma imparable (hasta un millón de huevos por posta). El sector de la pesca está intentando encontrar un equilibrio ejecutando campañas de sobrepesca y limitando así su población, lo que resulta cada vez más difícil.
320 g de arroz (80g por persona)
2 cangrejos azules (si están vivos mejor)
1 sepia pequeña en dados (con el bazo)
2 litros de caldo de pescado
sal
Para hacer la marca o sofrito:
1 cebolla picada
1 pimiento verde picado
1/2 pimiento rojo picado
1 ñora
2 tomates maduros rayados
2 dientes de ajo
perejil fresco
aceite de oliva
sal
Variantes:
Lo podéis hacer con otros tipos de cangrejo
Si compráis los cangrejos vivos, ponedlos 15-20 minutos en el congelador. De esta manera los podréis cortar sin peligro que os pillen un dedo con las pinzas.
Mientras los cangrejos pasan a una vida mejor, poned una ñora en remojo.
Abridla y así se hidratará mejor su pulpa. Reservadla un rato bajo el agua.
Una vez tenéis los cangrejos sin vida, ya les podéis retirar las gomas y limpiarlos bien bajo el grifo. Especialmente los laterales inferiores que es donde más porquería se acumula.
Seguidamente, arrancadles las patas y las pinzas y las reserváis.
Aprovechad para dar un golpe a las pinzas, lo que facilitará su consumo una vez cocidas.
Retirad la parte inferior del cangrejo donde está la cloaca.
Retirad las agallas que tiene a cada lado del cuerpo. Eso no es demasiado agradable en boca.
Cortad la parte frontal del cangrejo, donde están la boca y los ojos.
Por cierto, reservad el contenido que queda dentro del caparazón. Eso se aprovechará para hacer el sofrito.
Y finalmente, cortad al cuerpo en cuatro partes.
Reservadlo todo junto.
Ahora, cortad la sepia en dados pequeños y la reserváis. No tiréis la bolsa marrón o bazo. La tinta la descartáis hoy.
Picadlo todo bien pequeño.
Poned un buen chorro de aceite de oliva en una cazuela y dorad los ajos en láminas, para aromatizar.
Dorad el cangrejo primero. No hay que poner sal ahora.
Notaréis como este cangrejo, que es de color marrón azulado, cambia rápidamente a color naranja. ¡Maravillas de la naturaleza!
Una vez dorado y con el nuevo color, lo reserváis.
En el mismo aceite dorad la sepia y la reserváis.
Y en el mismo aceite poned la verdura picada. Dejadlo sofreír.
Mientras tanto, rayad los tomates y tirad el bazo de la sepia dentro.
Retirad la pulpa de la ñora y, junto con los jugos de la cabeza de los cangrejos, lo mezcláis todo con el tomate.
Picad un poco de perejil fresco.
Cuando las verduras estén bien cocidas, añadid un poco de perejil.
Este es el punto óptimo de las verduras.
Ahora añadid la mezcla de tomate con el bazo, los jugos de los cangrejos y la ñora. Y un poco de sal.
Dejad concentrar el sofrito hasta que casi caramelice. Que no quede ni gota de agua (o de líquido).
Pasad este sofrito a un bote para triturar. Eso es una opción muy personal. A mí me gusta el sofrito sin triturar, pero se tiene que reconocer que cuando hay niños en la mesa es preferible minimizar riesgos y que no encuentren "cosas raras" en el plato. ¿Ya me entendéis, verdad? En cualquier caso, el sabor prácticamente no cambia.
Triturad la mezcla y aprovechad el agua de hidratar la ñora para hacerlo correr mejor.
Esta mezcla, la pasáis de nuevo a la cazuela.
Y dejad que arranque el hervor.
En este punto, añadid la sepia.
Y el cangrejo. Que quede bien impregnado. Removedlo.
Y ahora si, ya podéis tirar el arroz. Dadle un par de vueltas al arroz, para tostarlo un poco.
Y entonces ya podéis añadir el caldo de pescado bien caliente.
Lo saláis y lo dejáis cocer unos 15-16 minutos, que el arroz esté un poco duro todavía.
Apagad el fuego y dejad reposar el plato, que la cocción pasiva acabe de hacer el trabajo. En 10-15 minutos estará perfecto para comer.
Y ahora sí, qué pinta que hace, ¿eh?... ¡todo el mundo a comer!
¡Buen provecho!