Sí, sí. Este plato también merece un lugar en este blog. No ganará ningún premio a la receta del año, pero su sencillez no solo reside en la elaboración, sino en saber cuando hacerla. Es de los únicos platos que siempre están allí, cuando por cuestiones de salud los necesitamos. Y eso es mucho más importante de lo que nos pensamos. Piensa un poco. Sin hacer demasiado ruido, el arroz hervido se ha mantenido generación tras generación. Y por algo será. Es un plato que ha dignificado muchos vientres y de paso, muchas personas.
Siempre lo asociamos a estar enfermo, y es cierto, pero después de haber sufrido una gastroenteritis recientemente, lo he vuelto a probar y, sinceramente, el pobre tiene una fama inmerecida. ¡Y es que el arroz hervido está bueno! Claro, yo entiendo que comer arroz blanco hervido, sin nada más, puede ser poco. Por eso te propongo una ligera variación que incorpora ajo, perejil y un poco de azafrán. El resultado es un arroz hervido un poco más sabroso que se puede comer estando y sin estar enfermo.
- 150 g de arroz
- 750 ml de agua
- 2 ajos pelados
- Unas ramas de perejil
- Unas hierbas de azafrán
- Aceite de oliva virgen
- Sal
Variantes
- Puedes hervir, al mismo tiempo que el arroz, un trozo de pollo o de merluza.
- Se puede añadir un tomate entero y una hoja de laurel.
- Lo puedes hacer con caldo de pollo o pescado.
Prepara los ingredientes.
Pesa el arroz y el agua, es importante.
Sala el agua.
Y añade el azafrán también. Más que sabor, le aportará un colorete más atractivo que el blanco del arroz.
Cuando el agua hierva añade el arroz y déjalo hacer unos 18 minutos aproximadamente,
Como te he comentado, puedes incorporar a la cocción un trozo de pollo o de merluza, para enriquecer el plato. Todo dependerá de si te encuentras bien de la barriga o no.
Y ya lo puedes servir, con un chorro de aceite de oliva por encima.
Es importante que quede bien regado con agua de cocción, ya que este líquido es realmente el que corta los problemas estomacales.
Cuchara, despacito y buena letra. ¡Buen Provecho!