La langosta, a diferencia del bogavante (al que soy alérgico), no tiene pinzas y, para mí, es mejor. Si el bolsillo os lo permite, os recomiendo comprar langosta roja salvaje (o langosta real)... pero va muy cara, ya os aviso. Después tenemos la langosta rosada de Portugal, la langosta americana y la langosta verde que viene de Mauritania. En este caso, he utilizado una langosta verde que, a pesar de ser más económica, también está bastante buena. La real la reservaremos para fechas señaladas como Navidad o Fin de Año, que no es fiesta cada día.
Nosotros utilizaremos una de 500-800 g, que ya estará bastante bien para el arroz. Este plato, de hecho, tiene la misma base que una paella de marisco tradicional, aunque utilizaremos la cabeza de la langosta para hacer el caldo y la cola la flamearemos con brandy. Es muy importante que la langosta esté viva. No compréis una langosta fresca si está muerta (en todo caso congelada). La podéis guardar en la nevera envuelta en un papel de periódico y se mantendrá viva más de un día.
400 g de arroz
una langosta viva de unos 600-800 g
4 tomates maduros
medio pimiento rojo a dados
4 ajos picados
10 almejas gallegas
8 gambas rojas
1/4 l. caldo de pescado
1 calamar pequeño a dados
aceite de oliva virgen extra
un chorro de brandy (coñac)
sal
Preparamos todos los ingredientes. Las almejas las tendremos en agua y sal hasta el momento de utilizarlas. Así se purgarán de toda la arena que puedan tener. Si son 24 horas, mucho mejor.
Lavaremos bien la langosta, e iremos con mucho cuidado con los pinchos que tiene por todo el cuerpo.
Es curioso este animal, ¿verdad?... cuando veo la langosta por debajo siempre me acuerdo de la película "Alien: el octavo pasajero"...
¿Os habéis fijado bien en los ojos metálicos que tienen?... son flipantes....
En la parte inferior de la cola, por dentro, encontraréis el ano.
Cogeremos una de las antenas de la langosta con un trapo (para no pincharnos) y la introduciremos poco a poco pero con firmeza, por el ano...
... veréis como poco a poco, por el otro lado, van saliendo los intestinos.
Resulta que los intestinos de la langosta contienen mucha arena... y es más que recomendable sacarlos. Lo mismo pasa con las gambas rojas grandes y otros crustáceos.
Vais apretando, muy fuerte, haciendo sacudidas... hasta que consigáis sacar el cuerno por el otro lado del cuerpo. Es cruel si, pero al menos el animal ya está muerto. Tampoco habría que imaginar la extrapolación de esta técnica a los humanos... ¿eh que no?
Ahora cortaremos la cola en tres o cuatro trozos.
También cortaremos la cabeza por la mitad...pero no del todo, solamente para que se aguante a la hora de presentarlo, y que se pueda partir en la mesa con facilidad.
Yo, como siempre, ya tenía un caldo de pescado congelado. Ahora sólo es cuestión de incorporar la cabeza de la langosta y aprovechar todo el sabor a mar que soltará.
Qué foto, ¿eh?
Parece que todavía esté viva... escondida, dentro del agua... mirándome...
Por cierto, he añadido unas semillas de hinojo seco, para aromatizar el caldo. Después ya lo colaremos antes de incorporarlo al arroz.
Mientras tanto, en una sartén calentaremos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
Las gambas rojas las hemos pelado... y ahora utilizaremos la piel y las cabezas para aromatizar el aceite.
El agua que ha soltado la langosta al cortarla, la incorporamos al caldo.
Una vez fritas, las retiraremos y podemos pasarlas por un colador... para extraer todo el juguito de las cabezas.
Ahora, con el aceite aromatizado, freiremos unos dados pequeños de calamar. Id con cuidado que salpican mucho... y os recomiendo tapar la sartén con una tapa mientras se hacen. Una vez hechos, los reservaremos.
Ya ha cambiado de color la cabeza de la langosta... ahora es naranja.
Le daremos la vuelta, ya que el líquido no acaba de cubrirlo totalmente. Tampoco lo tendremos demasiado rato, unos 15 minutos en total, ya que este caldo ya estaba hecho.
Freiremos el ajo picado...
... y seguidamente incorporamos las gambas peladas y los trozos de langosta salpimentados...
A los dos minutitos, podremos tirar un chorro de coñac... y flamearemos...
¡EI! ¡MUCHO CUIDADO AL FLAMEAR! Ha habido muchos accidentes domésticos por culpa de flamear comidas... y acabar flameando la campana extractora.... o las cejas. Hasta ahora, yo no he tenido nunca ninguna desgracia... y espero que dure. No os paséis con el alcohol. Es mejor flamear dos veces poco que una mucho. Tenéis que tener a mano SIEMPRE una sartén para ahogar el fuego si hace falta.
Pues eso, y ahora seriamente, tomad precauciones por favor.
Una vez se apaga el fuego, se habrá quemado todo el alcohol, y reservaremos todo el marisco en un plato, con el calamar de antes.
En el mismo aceite, empezaremos a hacer un sofrito... con pimiento rojo cortado a dados bien pequeños. Veréis en la fotografía que hay un poco de cebolla, y esta receta no lleva cebolla. Es porqué a la vez que hacía este plato, estaba haciendo una empanada de lomo y se me ha mezclado un poco.
Dejamos que el pimiento quede bien dorado.
Cuando el pimiento esté hecho, incorporamos el tomate rayado.
El tomate, como en todas las samfainas, se tiene que cocer a fuego muy lento... y si lo podéis tapar con una tapa, mucho mejor. Yo lo salo un poco en este punto.
Cuando el tomate esté casi caramelizado, incorporaremos todo el marisco que teníamos reservado y lo removeremos bien, que se mezclen todos los sabores.
Seguidamente, tiraremos el arroz. Una taza de cortado por persona... y al final, una o dos más de regalo.
Lo doraremos un poco... poco a poco. No se trata de hacer un "rossejat"... pero sí de cocer un poco el grano de arroz.
Rascad el fondo, sobre todo porqué el arroz enseguida se pega.
... fuaaaa... qué pinta tiene esto, ¡chicos!... ahora sólo tenemos que añadir el caldo, las almejas bien lavadas, salar un poco el caldo y dejar cocer el arroz... hasta que todo esté cocido.
Aquí lo tenéis. Como todos estos tipos de platos con arroz, una vez hecho, lo tenéis que dejar reposar unos 5 minutitos fuera del fuego... y 5 minutitos más al horno (modo grill), para darle este colorcito tostado tan agradable a vista.
Arroz con langosta.
¡Tan ta ta channnnnnnnnnnnnnn!
¡Qué pinta!
Estas fotos tendrían que estar prohibidas... ¡juas, juas!
¡Buen provecho!