Esta es una receta muy antigua y tradicional de la zona del Berguedá y que me pasó un compañero de trabajo. Para hacer este plato de hoy solo necesitamos unos trozos de cordero, un buen sofrito y el arroz. Más fácil no puede ser. No es el mejor arroz del mundo, ya os lo adelanto, pero para los ingredientes que lleva entra muy bien. Es un arroz que queda seco, pero, si queréis, lo podéis hacer más caldoso añadiéndole más agua o caldo.
200 g de arroz
200 g trozos de cordero
2 tomates maduros
1 cebolla picada
3 dientes de ajo
1 cucharada de pimentón
pimienta negra
aceite de oliva
agua o caldo de carne
sal
Variantes:
Se puede incorporar alguna seta de temporada
Se puede hacer con costilla de cerdo
Preparamos todos los ingredientes.
Rayamos los tomates que mezclaremos con el pimentón. Lo reservamos.
... y los pimentamos.
En una sartén con un poco de aceite doramos la carne.
Hasta que quede dorada por ambos lados. Que quede prácticamente cocida la carne.
La reservamos.
Si hace falta añadimos una pizca más de aceite y sofreímos la cebolla bien picadita.
Cuando la cebolla esté transparente... incorporamos el ajo picado.
Y cuándo el ajo tenga color... añadimos el tomate.
Dejamos que se haga el sofrito a fuego medio bajo. Hace falta que el tomate quede cocido, durante unos 10 minutos. ¡Cuidado! que no se os queme.
Ahora ya podemos incorporar el cordero.
Lo mezclamos bien, hace falta que la carne se impregne bien del sofrito.
A continuación añadimos el arroz, ya sabéis, una taza (80-100gr) por persona.
Ahora vertemos el agua o el caldo, el doble cantidad que de arroz. Si es bomba, un poco más todavía. Procurad siempre que el líquido (agua o caldo) esté bien caliente o hirviendo.
Lo salamos.
Dejamos cocer el arroz unos 20 minutos.
Y ya tenemos el arroz de carne acabado. Si queréis, lo podéis tostar al horno durante 5 minutos en modo grill.
¡Buen provecho!