Para algunos puede parecer, de entrada, un poco extraño poner sardinas encima de un arroz. Pero el cierto es que este plato de hoy se trata de una receta tradicional catalana bien antigua.
La sardina es la protagonista del plato y, por lo tanto, os aconsejo que sea bien fresca. Ya sabéis que la sardina es un pescado azul, rico en Omega 3, un ácido graso que nos ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. Ahora no descubriré yo las bondades de este pescado, que contiene muchas proteínas, así como vitaminas A, D, B2, B3 y minerales muy diversos, como el sodio, el fósforo, el magnesio, el hierro y el calcio. Pero que hay que comer lo sabemos todos.
Total, un arroz, bueno, sano y, no menos importante, bastante económico.
24 sardinas medias
400 g de arroz
1 cebolla
2 tomates maduros
4 ajos tiernos
150g de guisantes
1 litro de agua
aceite de oliva
sal
Para hacer la picada:
unas hebras de azafrán
perejil fresco
sal
Variantes:
- Este arroz se puede hacer también con boquerones en lugar de sardinas.
- Se puede hacer con caldo de pescado, en lugar de agua.
- Se puede poner pimiento rojo o verde.
- En lugar de ajos tiernos se puede hacer con ajos secos.
- Se puede añadir alguna hortaliza, como berenjena o alcachofa.
- Este mismo plato lo podéis elaborar con fideos o cintas en vez de arroz.
- Se puede hacer también con anchoas confitadas en vez de sardinas.
- Se puede poner pimentón dulce.
Las sardinas es mejor que sean de medida media, incluso un poco pequeñas, por aquello de las espinas también. Yo, desgraciadamente, sólo he encontrado grandes en esta ocasión. Por lo tanto, he utilizado menos de las 24 propuestas.
Preparad la verdura.
Limpiad las sardinas. Retirad cabeza, tripas y escamas. Hay quien las hace con la cabeza. Como os guste.
Salad un poco las sardinas.
Es interesante echar una pizca de harina sobre las sardinas.
Esparcid esta harina con los dedos. Eso nos permitirá mantener la piel de la sardina y, como no, el brillo que tienen. Ahora poned a calentar un poco de aceite en una sartén.
Mientras se calienta el aceite, picad la cebolla.
Picad también los ajos tiernos.
Yo he preferido utilizar la técnica de triturar la ñora dentro del caldo.
Poned la ñora a hervir con el caldo.
Qué sola está, pobrecita.
Mientras, podéis ir rayando los tomates.
A mí me gusta ponerle un poco de pimentón, ya lo sabéis. El toque personal. Dará sabor y color.
Cuando el aceite esté caliente, freíd ligeramente las sardinas.
Y ligeramente quieres decir unos 30 segundos por cada lado. De hecho, no las queremos cocer, sólo marcar la piel con la harina. La sardina se cocerá con el calor del arroz.
Retiradlas y reservadlas para más adelante.
Volved al caldo. Añadid las briznas de azafrán.
Y el perejil fresco también.
¡Ya no estás tan sola! Lo dejáis hervir un poco más.
Ahora, con el aceite aromatizado de freír las sardinas haréis el sofrito. Seguramente no habrá que ponerlo todo.
Cuando la cebolla empiezce a coger color poned los ajos tiernos, que se hacen más rápido.
Dejadlo hacer a fuego más bien bajo, vigilando que no se queme.
Seguidamente, añadid el tomate. A fuego bajo, dejadlo hacer unos 10 minutos. Removiendo de vez en cuando. Si falta líquido podéis añadir un cucharón del caldo.
Y volviendo al caldo, como veis, al fin y al cabo estamos hacemos una especie de caldo-picada. De lo contrario, podéis hacer una picada con la carne de la ñora, el perejil y la sal y añadirlo al arroz cuando arranque el hervor. Trituradlo el caldo-picada con la batidora eléctrica.
Muy bien.
No importa si os quedan trocitos pequeños. No busquemos un caldo fino.
Una vez esté el sofrito bien confitado, ya podéis echar el arroz.
Medid el arroz siempre, a no ser que lo tengáis muy a mano.
Ahora, removed el arroz con el sofrito con el fin de dorar un poco el grano y sellarlo.
Seguidamente, echad el caldo hirviendo.
Un punto de sal.
Y cuando empiece a hervir podéis poner los guisantes, que si son frescos y de temporada mejor. Si no, no os quedará más remedio que utilizar congelados.
Y ahora a hacer chup cjup durante unos 15 minutos. Sacudid la sartén de vez en cuando para evitar que se pegue, pero no remováis nunca el arroz.
Mientras se hace, podéis preparar un limón con un poco de gracia para servir el arroz.
Cuando falten 2 o 3 minutos para acabar la cocción esparcid las sardinas por encima. Se pueden poner directamente limpias y saladas por encima del arroz, sin freírlas previamente. De hecho, así se hace la receta original. Pasados los 15 minutos, apagad el fuego.
¿Ya tiene buena pinta, no?
Si lo pensáis, después de 15 minutos de cocción el arroz no estará hecho del todo.
Por lo tanto, tendréis que cubrir la sartén o cazuela con papel de aluminio y dejar que la cocción pasiva haga su trabajo. Es decir, que tendréis que esperar un mínimo de 10-15 minutos más antes de servirlo.
Ya sabéis que cuando el arroz reposa un poco está mejor. Y aquí lo tenéis.
Ahora sí, ya lo podéis servir. Acompañado de un vino especial, como la sardina.
Como todo en esta vida, si servís la comida con un poco de gracia el plato todavía parecerá mejor, ya que la vista es fundamental a la hora de comer. Y no sólo a la hora de comer, ¿verdad? jeje.
¡Buen provecho!