No os quiero engañar, amigos míos, pero a pesar de ser una receta muy fácil de hacer, esta requiere de una cierta habilidad, sobre todo de velocidad y eficiencia, con el fin de evitar quemaros y que se os rompan los barquillos con una manipulación inapropiada. Os confesaré que incluso a mí me cuesta hacerlas.
Yo os lo explico y, si os apetece, las probáis de hacer. Como mínimo, será divertido. La ventaja principal de hacerte tú las neulas es que le puedes dar el punto de tostado que más te gusta y, evidentemente, el buen rato que pasas haciéndolas. ¡Vamos!
240 g de clara de huevo
180 g de harina
180 g de azúcar
180 g de mantequilla
piel de limón rayado
agua
Variantes:
En lugar de mantequilla se puede hacer con manteca de cerdo
Podéis utilizar esencia de limón en lugar de la piel rayada
Preparad todos los ingredientes, que no falte nada.
Poned la mantequilla a fundir en un cazo.
No hay que darle temperatura, sólo que se funda y ya está.
Muy bien.
Ahora pesad las claras de huevo. Siempre os recuerdo que en pastelería se tiene que pesar todo, es importante.
Mezclad las claras con la harina pasada por el cedazo...
el azúcar...
y la esencia o ralladura de limón.
Montad el batidor y...
mezcladlo bien.
Seguidamente, añadid un poco de mantequilla.
Vigilad que la masa la vaya admitiendo. ¡Poco a poco, no queráis correr! Dejadlo que se mezcle todo unos minutos más.
Mientras tanto, cortad trozos de papel de horno.
Con cada papel haremos una neula.
Preparamos la bandeja con el primer trozo de papel.
Vigilad la masa.
Añadid un poco de agua hasta que tenga la textura deseada.
No tiene que quedar consistente, más bien líquida. Más fina que una pasta de crepe.
Hará falta un cucharón.
Pero antes, dejad reposar la masa en la nevera durante al menos 10 minutos. Poned a calentar el horno a unos 160-170 grados.
Para hacer neulas os hará falta un palo cilíndrico.
No tiene que ser demasiado largo ni demasiado grueso. Tiene que ser apropiada para poder enrollar las neulas justo cuando salgan del horno.
Cuando tengáis al horno a punto, poned un cucharón de pasta sobre el papel de horno.
Extendedlo bien con una paletina.
Una vez lo tengáis bien derramado ponedlo a cocer. Dadle el punto de tostado que más os gusta. Pero vigiladlas bien ya que se hacen en cuestión de segundos.
Nada más salga del horno, en caliente (y con cuidado de no quemaros) enrolláis la neula con el bastoncillo (que puede ser de madera, metálico, de plástico, etc). ¡No os distraigáis! que si se os enfría demasiado se os romperá toda la neula al enrollarla.
Ya enrollada, dejadla enfriar.
Repetid el mismo proceso hasta acabar toda la pasta.
Y ya las podéis disfrutar. ¡Buen provecho!