Un invento sencillo. Un buen aperitivo por degustar en una cena informal....y disfrutar de una copita de vino. No son más que rollitos de pasta brick con diferentes ingredientes salados (en esta ocasión de tortilla de patata, jamón y queso).
Una buena forma de aprovechar aquellos restos que tenemos en la nevera. Fácil de hacer y "resultón". Espero que os guste.
hojas de pasta brick
quesos (de oveja, de vaca, cabra, etc..)
jamón ibérico
tortilla de patatas
queso para fundir
curry
Variantes:
Podéis acompañarlos con una salsa dulce (de Mostarda, de manzana o de miel y mostaza)
Utilizaremos 10 hojas brick.
He utilizado una mezcla de dos quesos de sabor intenso que he comprado en una feria medieval de mi pueblo.
También utilizaremos unos cortes de jamón ibérico que tenía por la nevera.
Rellenad una hoja brick con unas tiras de cada.
Procurad transmitir presión mientras enrolláis las barritas.
Eso le otorgará un cuerpo más estable.
Colocad estos bastoncillos en una bandeja para el horno con papel cuisson.
Haremos el mismo proceso con unas tiras de tortilla de patata.
Debajo colocaremos una pizca de queso para fundir.
Y encima la tortilla.
Tirad una pizca de curry por encima.
El curry le aportará carácter al bastoncillo.
Haced los que necesitéis.
Pensáis que después los partiremos por la mitad y tendremos el doble.
Ahora solamente nos queda hornearlos a 190º durante unos 10-12 minutos.
Hasta que estén doraditos.
Los quesos se han fundido... y lel olorcito es espectacular.
Podéis servirlos enteros... o partidos.
Si los partís, quedan más bonitos, ya que se puede apreciar el interior.
Para cortarlos, al ser una pasta seca y crujiente, es mejor hacerlo serrando muy poco a poco o de un corte fuerte y seco. Así evitaréis que se desmenuce la pasta brick.
Pues ya tenemos unos buenos aperitivos para el vermú... o para matar el hambre.
Es de aquellas cositas que entran solas por los ojos, ¿eh que si?
Personalmente, pienso que el de tortilla de patata con queso y curry está bastante conseguido. Está muy bueno.
Y si lo acompañáis con buen vino... y una buena conversación... ya es la repera. ¡Buen Provecho!