Este sí que es un plato de tradición familiar. Un plato de fiesta. Es una especie de pescado muy apreciada en nuestra cocina y muy utilizada tradicionalmente. Está tan arraigado a la cultura popular que incluso suele ser parte del menú navideño de muchas familias. En la pescadería cuesta mucho encontrar.. y yo lo he tenido que encargar. ¿Pero cómo es el besugo?
El besugo se distingue por sus ojos grandes y salidos hacia fuera y por sus dientes puntiagudos. Es de color gris plateado, con aletas rosadas y una mancha negra sobre las aletas pectorales. La carne del besugo posee un sabor marcado y tiene bastantes espinas. Eso suele generar rechazo en los niños, pero lo convierte en uno de los platos preferidos de los auténticos amantes del pescado.
1 Besugo grande y bonito (que en la pescadería os saquen las escamas y lo limpien)
4 tomates de colgar
2 cebollas
3 patatas
1/2 limón
6 cabezas de ajo
1 vaso de vino blanco
300 dl. caldo de pescado
perejil
aceite de oliva virgen extra
sal y pimienta y pimentón dulce

Lavamos bien el pescado.

Sobre todo que sea muy fresco, ¿eh?... como siempre recomiendo, vaya

En una bandeja grande para el horno... tiramos un buen chorro de aceite de oliva. Mientras, iremos calentando el horno a 160 grados.

Cortaremos unas patatas a rebanadas grandes y las colocaremos en la bandeja. Las podéis chascar un poco, si queréis.

Las salpimentamos.

Añadimos un par de cebollas medianitas por encima... cortadas en juliana
Ahora colocamos los tomates partidos por la mitad y lo regamos de nuevo con aceite.

Le tiraremos por encima un poco de ajo y perejil.

Y finalmente, un poco de pimentón por encima.

Y lo pondremos a cocer durante unos 15 minutos.

El objetivo es incorporar el pescado cuando las patatas estén a media cocción, ya que tienen cocciones diferentes.

Salpimentamos el besugo por ambos lados y le hacemos un par de cortes para marcar las porciones (no se tiene que cortar completamente). Eso os lo pueden hacer en la pescadería.

Le pondremos unas rebanadas de limón dentro de cada corte.

Y dentro del pescado también.

Cuando las patatas estén un poco cocidas... tiraremos por encima de un buen chorro de vino blanco.

Y lo dejaremos cocer un rato más.

Cuando las patatas hayan evaporado el alcohol del vino (unos 5 minutos), incorporamos un buen chorro de caldo de pescado. Rectificaremos de sal y dejaremos cocer un rato más.

¿Ya tiene buena pinta, eh?

Ya tenemos las patatas casi a punto.

Veréis que empiezan a estar blandas y la salsa habrá ligado con el caldo y el almidón que llevan las patatas.

Pondremos el pescado encima de todo y lo regaremos con aceite.

... sin miedo...

Finalmente, le tiraremos un poco de pimentón por encima.

Ahora sí... subiremos el horno a 190 grados con ventilación... y lo dejaremos cocer otros 15 minutos

A media cocción regaremos el pescado con la salsa.

Y cuándo falten 5 minutitos... pondremos un poco de ajo y perejil por encima

... bien repartido...

... y pondremos el horno en modalidad "grill" para dorar la piel del besugo.

Y este es el resultado.

La piel tiene que quedar crujiente... aunque no recomiendo comerla, pero sí mojar pan.

Lo servimos en la mesa así mismo.

Presentamos el plato con un poco de gracia.

¡Qué pinta Dios Mío!... ¡a veces me asombro yo mismo!

Acompañaremos el besugo con un vino blanco.

... ummm... ¡me encanta el besugo!

... de carne blanca y sabrosa... y de las patatas, del tomate y de la salsa... ya ni hablemos... ¡porque están que te cagas!
Un plato festivo que podéis hacer en cualquier celebración y seguro que no fallaréis.