Un postre tradicional de esos que se hacen el Domingo... de los de toda la vida... y que ahora cuestan de encontrar. Que es muy elaborado?... yo no lo creo. No es más que brioche con nata. Pero pasa como con otros grandes postres de pastelería de este país y que tienen dos adversarios: las personas que se piensan que es pecado comerlos porque engordan mucho y los pasteleros que no quieren o no saben hacerlos. Hoy os mostraré como hacer un Bismarck en su versión más sencilla y que se decora con azúcar glacé.
Tengo otro Bismarck (que he congelado) y que lo haré quemado (con yema pastelera). Cuando lo tenga os lo enseñaré. A mí particularmente me gusta más, pero claro, tienes que tener hecha la yema previamente. Todos sabemos que el brioche con nata está muy bueno, pero es que hacía mucho tiempo que no lo comía y (de nuevo) me ha sorprendido gratamente saber que está mucho más bueno de lo que recordaba. El brioche con nata es una de aquellas combinaciones excelentemente encontradas. Es de aquellas cosas que ligan por definición, como la naranja con el chocolate. En esta ocasión, y como en otras elaboraciones de brioche, partiré que ya tenemos hecha la pasta de brioche. No me haréis explicar como hacerlo cada vez, ¿no?... por eso os recomiendo la lectura previa de la receta de brioche. ¡Vamos chicos!
350 g de pasta de brioche
un puñado de almendra troceada
400 g de nata para montar
100 g de azúcar
azúcar glacé
1 huevo batido
Como siempre, empezaremos preparando la pasta de brioche. Os recomiendo la lectura previa de esta receta de brioche.
Si tenéis amasadora mucho mejor. A mano... cuesta un poco.
Una vez tenemos la masa hecha y reposada 10 minutos... haremos bolas de 350-400 g que también dejaremos reposar unos 10 minutos... así perderá el nervio.
Ahora lo estiramos...
... y lo dejamos un poco más grueso del medio que de las puntas...
Lo podéis aplastar un poco para asentarlo mejor en la bandeja del horno. Ahora será cuestión de dejarlo subir de 2 a 3 horas (dependiendo de si es verano o invierno). De lo contrario, podéis utilizar la técnica de acelerar el proceso de fermentación.
Ya lo tenemos subido.
Ahora será cuestión de pintarlo con huevo batido, con mucho cuidado de no que no baje.
Y decoramos con un poco de almendra hilada.
Ya lo podéis hornear a unos 190 grados... durante unos 13-14 minutos. Mucho cuidado que se quema muy rápido, no os despistéis.
Ya lo tenemos cocido. El brioche es mejor pecar de crudo que de cocido.
He hecho dos, uno para hoy y el otro para congelar.
Dejadlos enfriar en la mesa y una vez frío ya lo podremos abrir por la mitad.
Ahora ya es cuestión de montar la nata con el azúcar.
Poned el Bismarck sobre cartón y blonda.
Mientras, prepararemos una manga pastelera con un cornete estriado.
Ya tenemos la nata... y llenamos la manga.
No hay que hacer rosas ni filigranas... sólo queremos rellenarlo con abundante nata...
Así.
... que tenga volumen.
Colocamos la tapa y lo sentamos un poco.
Poca cosa más. Lo podéis rellenar con trufa clara montada o combinado con nata.
Ponedlo en el congelador. A mí, personalmente, me gusta más la nata congelada, pero si no... quitadlo 20 minutos antes de servirlo y ya está.
Recordad echar un poco de azúcar glacé.
Y ya lo tenemos.
¿A que ahora os comeríais un poco?
Si la nata no está congelada, cortadlo con cuidado de no hacer salir la nata por los lados. Es recomendable utilizar un cuchillo de sierra.
Estos postres no se entenderían sin el acompañamiento de un buen cava catalán, muy frío.
¡Buen Provecho!