Una buena solución si queréis preparar algún "catering", un "lunch", un "brunch" o, sencillamente, y utilizando términos más próximos, una cena o comida informales. Los brioches salados son una garantía de éxito. En la pastelera siempre hacíamos y ha sido uno de aquellos productos que siempre han tenido una cierta reputación. No hay ni que decir que el relleno será el de vuestra elección. Como en otras recetas, os recomiendo la lectura previa de la masa del Brioche, para entender su elaboración. Esta entrada, por lo tanto, es básicamente un recordatorio de lo que podemos hacer con esta receta tan versátil.
500gr. de masa de brioche
mantequilla para untar
embutidos salados para relleno (jamón ibérico, longaniza, catalana, chorizo, queso seco, tortilla, etc...)
Como siempre, una vez amasada la masa de brioche, la dejaremos reposar unos 20-30 minutos.
Haremos tiras largas...
... y cortaremos porciones aproximadamente de la medida de una nuez. Si lo hacéis de esta manera os aseguraréis de obtener una medida bastante similar para todos los brioches.
Haced bolas con cada trocito y seguidamente los estiráis dándole esta forma de gusano (apretando más de las esquinas).
Los vais reservando.
Ya los podemos colocar sobre una bandeja para el horno... con un papel "cuisson" debajo.
El papel "cuisson" no es que haga falta para evitar que se peguen, yo lo utilizo por razones de higiene y para no mezclar sabores. Pensad que en la misma bandeja del horno podemos cocer pescado, carne o pasteles, al menos a nivel doméstico.
Ahora los tenemos que dejar subir un par o tres de horas. Yo como siempre, acelero el proceso preparando el horno en modo "estufa".
Ya los podremos hornear a 200-220 grados... y sólo harán falta 3 o 4 minutos de cocción. Vigiladlos mucho porque el brioche se quema muy rápido. Es mejor pecar de crudo que de cocido. Hay quien cuece el brioche a temperatura alta, a 230-240 grados durante la mitad de tiempo, pero lo tenéis que tener muy por la mano. Si no lo controláis, se os puede quemar o, si no ha subido bien, quedar crudo de dentro.
Una vez fríos, los abrís por la mitad...
... y los untáis con mantequilla.
... y ya sólo quedará rellenarlos con jamón...
... salchichón...
Lo que más os guste. Utilizad un cartón y blonda para presentarlos.
Y un poco de butifarra "catalana", que es un embutido buenísimo que tenemos un poco olvidado.
Podéis utilizarlos para completar un picoteo... con dados de tortilla, unas mini-hamburguesas con panecillos de viena... o unos caprichos con sobrasada y queso... sepia a la plancha, pinchitos, etc...
¿A que cogeríais uno ahora?... con aquel olorcito tan especial que tiene el brioche recién hecho... ¡Buen Provecho!