Con esta receta os quedarán unas ensaimadas muy buenas. Pero en la pastelería donde trabajaba casi nunca hacíamos. Sólo las hacíamos cuando nos fallaba el proveedor...y nos fastidiaba mucho. ¿Sabéis porqué?... porque dan mucho trabajo. Cada ensaimada se tiene que estirar y se tiene que untar con manteca (o saín, de aquí el nombre) y su proceso de elaboración es demasiado entretenido y laborioso para una simple pasta de bollería que tiene que resultar económica para el cliente. Como hacían muchas otras pastelerías... las comprábamos a un proveedor externo.
En el caso de los roscones si que vale la pena dedicar este tiempo de elaboración. Recordad que una vez estirada la podéis rellenar de lo que más os guste, como crema, chocolate o cabello de ángel.
500gr. harina fuerza
100gr. azúcar
6gr. sal
2 huevos
125ml. leche
20gr. levadura prensada
35gr. manteca
unas gotas de esencia de limón
una pizca de canela en polvo
colorante alimentario color "amarillo huevo"
manteca para el relleno
1 huevo batido para pintar
aceite para estirar
azúcar glacé para decorar
Empezamos a preparar el brioche. Ponemos el azúcar.
La manteca.
Desmenuzamos la levadura...
... y lo mezclamos con la leche. Lo reservamos.
Ponemos la sal.
Un poco de colorante. Si no tenéis no pasa nada.
Unas gotas de esencia de limón. Podéis poner ralladura de piel de limón.
... hasta conseguir una mezcla más o menos homogénea.
A continuación incorporaremos la harina...
... siempre de tipo fuerza, que ahora la podéis comprar en cualquier gran superficie.
Con la harina, pondremos la leche con la levadura...
... montamos el gancho...
... y lo dejaremos amasar unos 20 minutos.
Si hace falta, se puede añadir una pizca más de leche...
... hasta encontrar la textura ideal: blanda y pegajosa pero manipulable.
Ya la tenemos a punto.
Echaremos un poco de aceite en la mesa.
A mí me gusta trabajar un poco más el brioche a mano.
Haremos una bola bien prensada...
... y le tiraremos un nuevo chorro de aceite por encima...
... que extenderemos con las manos por todas partes.
Ahora, lo cubriremos con un trapo húmedo y lo dejaremos subir hasta que doble el tamaño. Eso dependerá de la temperatura exterior (invierno/verano) y puede ir de 2 a 4 o 5 horas.
Ya nos ha doblado el tamaño.
Ahora volveremos a hacer una bola prensada.
Cortaremos porciones de unos 60gr.
Con cada una haremos una bolita prensada también.
Como esta.
Y las vais reservando en la mesa.
Ahora cogemos la manteca, que la tendremos a temperatura ambiente.
Con el rodillo estiramos una bolita de brioche...
... bien fina, ¿eh?... casi transparente. Si se rompe no pasa nada.
Con un par o tres de dedos... cogeremos un poco de manteca...
... así...
... y lo extenderemos encima del brioche estirado.
Seguidamente, con los dedos también, lo esparciremos por todas partes.
Ahora es cuestión de enrollar el brioche sobre sí mismo. Tenéis que cogerlo por una esquina y enrollar de lado.
La idea es que os quede una punta delgadita y otra más gruesa.
Como esta.
Directamente, colocaremos esta tira de brioche sobre una bandeja para el horno, pero dándole forma.
Tenéis que enrollar el brioche pero evitando que se toque por la parte interior. Cuanto más larga sea la tira... más vueltas tendrá la ensaimada.
Asentad bien el brioche en la bandeja con una ligera presión. Dejadlo levantar a temperatura ambiente hasta que doble su tamaño.
Seguidamente ya podremos pintar el brioche.
Ya veis que se ha hinchado mucho. Sólo nos queda hornear las ensaimadas a unos 180-190 grados durante unos 10 minutos aproximadamente. Ya sabéis que cada horno es un mundo. Vigiladlas bien que se queman rápidamente.
Y este es el resultado.
Dejadlas enfriar un rato.
Ya para acabar, sólo tendremos que cubrirlas con azúcar glacé (glas).
¡Y a merendar todo el mundo!
Se pueden rellenar de lo que queráis (chocolate, crema, nata, mazapán, de Mallorca con cabello de ángel, etc...).
¡Buen provecho!