La bomba era un producto típico de Toledo (o eso dicen), pero que se ha extendido por todos los territorios. Pero a menudo, al pedirlas, nos sirven aquellas bolas pequeñas congeladas, hechas con sucedáneo de patata y alguna minúscula porción de alguna cosa que parece carne. Y de picante, nada de nada. ¿Y porqué cuesta tanto encontrar unas buenas bombas?
Recuerdo que (de pequeño) iba en un bar de l'Hospitalet de Llobregat que se llamaba "Louisianna", y allí las bombas eran una barbaridad de buenas. En aquellas bombas me he inspirado para haceros esta larga pero satisfactoria receta de hoy.
Por cierto, no hace demasiado me acerqué al "Louissiana" y, como no podía ser de otra manera, había cambiado de dueños y ahora lo llevan unos chinos. Y, claro está, nada de nada de aquellas míticas bombas. Qué rabia de nuevo, ¿eh? En fin. Eso nos tiene que hacer valorar los negocios que han conseguido perdurar en el tiempo garantizando un buen producto. ¡Total, que os recomiendo que probéis esta bomba que os gustará mucho!
Por cierto, las cantidades son muy relativas. Yo hago bastante salsa: una parte para hacer pasta y el resto para hacer el rellenado de las bombas. Ya que cocináis, aprovechad para hacer más cantidad y congelar. ¡Vamos!
4 patatas de hervir
200 gr de carne picada (mitad ternera mitad cerdo)
aceite de oliva
pimienta negra
5 tomates
1/2 calabacín
1 cebolla
3 ajos
1 pimiento verde
1 zanahoria
1 trozo de puerro
pimentón dulce
bastoncillos de pan
2 huevos
pan rallado
sal
1 guindilla
Para la salsa:
mayonesa
ketchup
mostaza
salsa picante
pimienta negra
Variantes:
Podéis utilizar salsa de tomate en vez del sofrito
Podéis rellenar las bombas con pescado (rape, gambas, etc)
Preparad toda la verdura.
Picadla.
Seguidamente, verted toda la verdura, con la guindilla picada también. Saladlo.
Dejad sudar la verdura unos 15 minutos a fuego medio.
Mientras tanto, aprovechad para ir rayando los tomates.
¡Eps! ¡Poned pimienta negra! ¡Un poco, que se me olvidaba!
Al tomate rayado añadidle una cucharada de pimentón dulce.
Cuando la verdura esté cocida, añadid un chorro de vino blanco (media copa). Esperad unos minutos hasta que se evapore el alcohol.
Mientras se hace el sofrito, vamos a por las patatas.
Las peláis y las cortáis a trozos, y las ponéis a hervir. Utilizad el tipo de patata que más os guste para hervir.
Cuando el sofrito con el tomate esté hecho, trituradlo.
Que os quede bien fino. Rectificad de sal si hace falta.
Ahora, en otra sartén, salad y poned pimienta. Salteadla ligeramente. No se tiene que hacer mucho, sólo que cambie de color.
Seguidamente, añadid unos cucharones de salsa. Seguramente no toda. Tenéis que encontrar un equilibrio entre la cantidad de salsa y de carne. El resto, como os comentaba en la introducción, lo podéis aprovechar para hacer otros platos.
Dejad cocer la carne con la salsa 10 minutos más y apagad el fuego. Dejadlo enfriar.
Una vez cocidas las patatas, las tenéis que escurrir bien.
Pasadlas a un bol y las chafáis bien. Con un aplastador o un tenedor. Y las saláis. Entonces, tenéis que dejar que se enfríe la patata: primero para no quemaros, y segundo para poder hacer las bolas mejor.
Una vez fría la patata, a mí me gusta preparar las bolas de patata antes de rellenarlas. Así sé que todas tendrán la misma medida y puedo distribuir mejor el relleno (que siempre sobra).
Para rellenarlas podéis utilizar algún recipiente con papel film, etc... es una manera.
Abrimos la bomba, aplicamos un poco de relleno (poco o no la podréis cerrar) y ponéis la cantidad de salsa picante que consideráis. A mí me gusta esta en particular, pero el clásico tabasco os funcionará muy bien. Pensad que la salsa tiene que picar un poco ya que le hemos puesto una guindilla, así que probad el relleno antes de poner más picante.
Con un poco de práctica y un poco de agua en las manos para evitar que se enganche demasiado, conseguiréis ir cerrando las bombas.
Una vez cerrada procurad darle la forma redonda. Vais haciendo con paciencia, buena compañía y buena música.
Una vez rellenadas las bombas, pasadlas por huevo batido.
Y pan rallado.
Reservadlas sobre una bandeja con papel de horno y ponedlas en el congelador, al menos un rato antes de freír.
La salsa es un tema muy particular. Yo hago una mezcla de mayonesa, ketchup, mostaza normal, mostaza de estragón y pimienta negra.
No le pongo picante, ya que le añadiremos por encima. Es interesante que esta salsa la tengáis preparada un rato antes, que no esté fría al servirla.
Y ahora toca freírlas.
Aceite bien caliente y, si son recién hechas, un par de minutos y fuera. Si son congeladas tendréis que esperar a que se calienten bien de dentro. Aunque os recomiendo freirlas a media descongelación, para evitar que rebienten.
Os tienen que quedar con este bonito color. En el papel absorbente e ir haciendo "on demand".
Servidla con un poco de gracia en un plato individual.
Abundante salsa por encima.
Un "pico" de pan, no puede faltar.
Y como no, unas gotas de salsa picante por encima, al gusto de cada uno.
¡Un placer compañeros! ¡Y encima tenemos en el congelador para ir haciendo! ¿La abrimos, no?
¡Bien rellenada, excelente trabajo!
¿No se os hace la boca agua ahora?
Os he cortado una entera para ver cómo queda el relleno.