Personalmente, me declaro un enamorado de las salazones y os cambiaría todos los dulces del mundo por un producto salado. Y sin dudarlo un segundo, ¿eh? La sal acabará conmigo, lo sé, sin embargo... «que me quiten lo bailao». ¡Cuando me muera, en vez de incinerarme me tendrán que desalar como las anchoas! En fin, espero que os guste el plato.
2 tomates de aliñar
1 lomo de bonito salado
aceite de oliva virgen extra
sal
Variantes:
Podéis añadir cebolla y/u olivas
Podéis combinar diferentes tipos de tomate
Preparad y lavad los tomates.
Empezad el bonito y dejadlo respirar un rato.
Normalmente son lomos limpios, con piel (que sacaremos).
¡Qué aroma!
Aprovechad la parte central, más grande y bonita para presentar.
Yo os recomiendo retirar la piel, que sale con relativa facilidad.
Cortad el bonito salado en rebanadas.
Directamente, emplatad el tomate maduro y saladlo muy ligeramente. Pensad que el bonito ya es salado y no conviene pasarnos.
Colocadlo por encima el pescado.
Y acabadlo con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
Lo podemos servir así, directamente.
Aunque he querido aprovechar unos tomates cherry de km. 0 muy sabrosos.
Y este es el resultado final. Probad la combinación de tomate y bonito dentro de la boca.
En este caso, he querido darle una presentación más simpática...
... pero si pedís este plato en bares y restaurantes de la zona de Murcia será más habitual encontrar una presentación tradicional con el tomate en un lado y el bonito en el otro. Incluso ponen picos de pan.
¡Buen provecho!