¿Queréis saber cómo se hacen el búlgaros?... fácil. Como siempre, en la mayoría de recetas de pastelería, tendréis que preparar previamente los ingredientes (la plancha de bizcocho y la trufa cocida). Después, hacer los búlgaros propiamente... sólo os llevará unos minutitos. Los he rellenado con trufa cocida (o trufa oscura) pero también los encontraréis rellenos con mermelada de frambuesas, que a mí particularmente me gusta más. Pero ya sabéis...gusta mucho el chocolate!
En cualquier caso, la elaboración es la misma, así que para mí... como si les queréis rellenar de judía tierna con patata. Veréis que la receta habla de utilizar una sola plancha de bizcocho, con la que os saldrán unos 4 o 5 búlgaros. Pero puede ser interesante hacer dos y que sobren, que eso se conserva bien en la nevera... ¿a que si?
1 o 2 planchas de bizcocho
trufa cocida (o trufa oscura pastelera)
300gr. cobertura de chocolate negro
150gr. mantequilla
Variantes:
- Podéis rellenarlos con mermelada de frambuesas o fresa
- Podéis bañar ligeramente la plancha con azúcar baño y/o brandy
- Podéis añadir a la trufa un chorro de licor
Es interesante tener preparada la trufa cocida del día antes. Ahora sólo lo tendremos que atemperar.
Os recomiendo ver la receta de la "Trufa cocida".
Preparamos los utensilios para bañar el búlgaros. Yo tengo un "kit" para hacer bombones que me irá genial. Si no... tendréis que hacer trabajar la cabeza un poco.
Tenemos la plancha de bizcocho a punto. Una vez separada del papel "cuisson" utilizad el mismo papel como base... que después nos irá bien para enrollarla.
Como podéis apreciar, os tiene que quedar bien fina y flexible.
Normalmente utilizo cobertura Valor, pero se me ha acabado y he tenido que comprar una barra de Torras que, poco más o menos, nos irá igual de bien, ya que buscamos un mínimo de 70% de cacao.
Poned a deshacer el chocolate al baño María junto con la mantequilla.
Con eso conseguiremos un "ganaché"... similar a lo que se utiliza para el "Sacher", pero sin nata.
Removedlo bien, que no se queme. Cuando todavía queden grumos... ya podéis apagar el fuego. El mismo calor del agua lo acabará deshaciendo todo. Antes de bañar se tiene que atemperar... y tiene que estar a unos 36 grados, es decir, a la temperatura de nuestro cuerpo. Un día os hablaré de como "templar" o atemperar la cobertura... utilizando el labio inferior como termómetro.
Ahora, extenderemos una capa generosa de trufa cocida por encima de nuestra plancha. Procurad que esté la misma cantidad de trufa en todas partes. Si no, lo notaréis más adelante.
Vamos enrollando nuestra plancha sobre sí misma... poco a poco y haciendo presión.
Así..
Una vez enrollada, os recomiendo reservarla en el congelador durante unos cuantos minutos (20-25). De esta manera a la hora de bañar a los búlgaros no perderá la forma.
Parece que ya tenemos a punto el baño....
Cortáis este tipo de "brazo de gitano" que hemos hecho con un cuchillo siempre limpio y os quedará el corte también limpio. ¿Que cómo tiene que ser de largo?... cómo queráis, pero siempre es mejor pecar de pequeño que de grande.
De hecho, también tenéis que tener en cuenta el grueso del búlgaro. Si os parecen demasiado gruesos podéis cortar un poco la plancha horizontalmente y os quedará un "brazo" más delgadito.
Venga, bañémoslos.
Le daremos la vuelta....
... y nos aseguraremos que quede bañado al 100% por todas las esquinas.
Lo colocaremos encima de una reja... así irá goteando el exceso de baño.
Mirad, lo que os decía antes. He hecho unos más delgaditos y otros más gruesos. Cuantas más vueltas más bonito queda... pero también más grueso.
Los bañamos uno por uno... con mucho cuidado...
Que no se toquen, sobre todo.
Una vez retirada la reja... estas son las gotas que han sobrado.
Lo reservaremos a la nevera para trabar la cobertura.
Ahora, ya sólo quedará sacar a los búlgaros para emplatarlos y servirlos.
Lo he tirado un poco de granito de chocolate... que le aportará un toque gracioso.
Y aquí los tenéis.
Toda una delicatessen para los más golosos.
Me recuerda un poco a los clásicos "Tigretón", ¿verdad?... Je,je... qué recuerdos. A mí me gustaba mucho el "Bony", con aquella mermelada... ¿eh? Pero tengo que reconocer que estos búlgaros son mil veces mejores.
¿Cómo ha quedado por dentro?... genial.
¿A que ahora os comeríais un trocito?
¡Buen Provecho!