Esta es otra receta de mi madre. Los buñuelos de bacalao son otro de esos platos que resulta difícil encontrarlo bueno. Como ya sabéis, os recomiendo leer las dos recetas que aparecen al libro 'Corpus del Patrimonio Culinario Catalán', que son muy parecidas a esta, pero no todo lo que diga este libro tiene que ir a misa y, en esta ocasión, la madre gana.
Los buñuelos no os tienen que quedar súper mega redondos como los industriales que vienen congelados, y que no tienen sabor de nada. Probadlos y hablamos.
2 trozos de bacalao desalado
1 huevo
1 vaso de leche
200 gr. harina
8 gr. levadura en polvo (1/2 sobre)
2 ajos picados
perejil picado
aceite de girasol
sal
Variantes:
Se pueden montar las claras y añadirlas montadas para dar más volumen
Se pueden utilizar dos huevos y la mitad de leche
Se puede sustituir parte de la leche por cerveza
Preparamos todos los ingredientes.
Lavaremos el bacalao ya desalado.
Poned una olla con agua a hervir.
Picaremos el perejil y el ajo bien picadito.
Utilizad una mano de mortero para picarlo todo bien juntito.
Una vez esté el agua hirviendo, tirad el bacalao... y dejadlo cocer un minuto de reloj.
Mientras, iremos pesando la harina con la levadura en polvo y la sal, todo junto y mezclado.
Dejamos que se enfríe un poco el bacalao...
... y lo desmenuzamos dentro de la mano de mortero, tratando de sacar todas las espinas.
Seguimos picando.
Incorporamos el huevo.
Seguimos picando.
Incorporamos la leche y lo removemos todo.
Ahora lo mezclamos con la harina... que incorpora la levadura y la sal (poquita, que el bacalao ya lleva).
... yo he utilizado una varilla para juntarlo todo.
Veréis que queda una textura cremosa.
Ahora calentad abundante aceite de girasol en una sartén.
Con la ayuda de una cuchara, iremos friendo los buñuelos.
Tiene que estar el aceite bien caliente.
Le vais dando la vuelta. No tienen que quedar redondos. La gente se obsesiona con las formas...y nada más bonito que las formas caprichosas que tiene la cocina tradicional.
Con una espumadera los sacaremos...
... y los reservaremos en un papel absorbente. Como podéis ver, me ha sobrado la mitad, que congelaré para otro día. Ya tengo suficiente para hacer una tapa.
Pues aquí los tenéis.
Unos fantásticos buñuelos de bacalao. Cuestan de encontrar así de buenos.
Es que me parecen hasta bonitos y todo.
Por dentro han quedado muy esponjosos... lo que buscaba.
Suaves de gusto, pero muy agradables. Les podéis hacer de la medida que más os guste.
Os dejo, que me abriré una cervecita para acompañar esta tapa tan casera y tradicional. ¡Buen Provecho!