Tenéis que probar estos buñuelos. Se hacen muy rápido y los podéis combinar con todo tipo de platos. No os penséis que solo tiene sabor a zanahoria y que la textura es crujiente. Todo lo contrario, es un sabor suave y se deshace en la boca. Muy recomendables.
2 zanahorias grandes
unas hojas de perejil
1 ajo laminado
1 huevo
1 cucharada de harina
1 cucharada de comino molido
aceite de girasol para freír
sal
Primero, peláis las zanahorias. Yo utilizo un pelador que compré, ahora hará 12 años, en el Ikea... y la verdad es fantástico. Funciona como el primer día.
Una vez pelada la zanahoria es cuestión de seguir pelando... y conseguir tiras de zanahoria bien finitas.
Así sería ideal.
Ahora las escaldaremos en agua hirviendo.
Las aguantaremos unos segundos dentro del agua...
... y las retiraremos.
Cortad un ajo en láminas muy finas, todo lo que podáis.
Preparad un huevo batido.
Incorporad la harina...
... y el comino...
... una cucharadita, solo...
Y finalmente el ajo.
Vertedlo todo por encima de la zanahoria que habremos mezclado con perejil picado, no demasiado pequeño.
Lo salamos un poco.
Bien removido.
Y ahora lo freiremos en aceite bien caliente... más o menos, una cucharada grande hará la medida del buñuelo.
Cuidado que se hacen muy rápido.
De hecho, no dejan de ser como mini-tortillas, ¿eh?
Reservadlas en un papel absorbente...
... y ya los tenemos.
Ummm... qué buenos. Y lo más curioso es que no saben a zanahoria ni tienen la textura de zanahoria.
Ya sé que soy pesado, pero los tenéis que probar, amigos míos.
Yo lo he utilizado como guarnición de un "tajine de cordero con cebolla".
También los podéis servir sobre una ensalada de lentejas con cebolla, tomate, perejil y salsa yogur. ¡Buen Provecho!