Un plato de fiesta. La carne de cabrito es muy tierna... y asada de esta manera resulta un plato que siempre hace disfrutar a vuestros invitados.
La salsa, la mitad la he pasado por el chino para espesarla y la otra mitad la he dejado tal cual... porque me gusta encontrar por encima del cordero la cebolla en juliana y los trocitos de tomate. En esta salsita que he pasado por el chino también le he incorporado un par de cucharadas de ajo y perejil. Que cuál fue el resultado?... los platos acabaron limpios como una patena. Ni había que lavarlos, casi. Bueno, sí, hombre sí... ¡Que no soy tan marrano!
1 kg de cabrito troceado
3 cebollas cortadas en juliana
2 tomates maduros cortados en cuartos
2 ajos sin pelar
1 copa de vino rancio
1 rama de canela
pimienta negra
aceite de oliva
una rama de tomillo
un poco de manteca de cerdo
agua
sal
Variantes:
Se puede aromatizar con menta, romero, tomillo y hierba luisa
Se puede pasar la salsa por un colador antes de servirlo
Se puede acompañar de patatas fritas o patatas salteadas con ajo y perejil
Preparamos los ingredientes.
Limpiamos y secamos la carne de cordero.
El tamaño de cada trozo lo podéis pedir a vuestro gusto. Pensad que con la guarnición, queda un buen plato.
Cogemos una bandeja honda para el horno... y la untamos con manteca de cerdo.
Dejamos unos trocitos de manteca e incorporamos también un buen chorro de aceite.
Ahora, salamos la carne...
... y le ponemos pimienta.
Y la distribuimos en la bandeja. Pensad que tiene que quedar espacio para poner la cebolla y el tomate. Si hace falta, lo podéis hacer con dos bandejas.
Cortad la cebolla en juliana.
Los tomates, bien limpios, a cuartos.
... y los ajos por la mitad... con piel y todo.
Ponemos la cebolla entre la carne. Ya podéis precalentar el horno en 200º.
Incorporamos también el tomate y el ajo.
... la rama de canela...
... y un poco de tomillo en rama.
Finalmente, tiramos un buen chorro de aceite por encima de todo.
Y lo ponemos a cocer al horno. En total estará hora y media aprox, pero por fases, ya lo veréis. De momento, lo horneamos y activamos la alarma a los 20 minutos.
Aprovechad para ir haciendo la guarnición.
Yo he cortado unas patatas a cuadraditos, que freiremos previamente.
Un vaso entero. Y volvemos a ponerlo 20 minutos más.
Mientras, iremos friendo las patatas.
Las reservaremos en un papel absorbente. Después las mezclaremos con la carne, por lo tanto, tienen que estar bien fritas pero sin tostarlas demasiado. Al punto.
Haremos lo mismo con unos champiñones frescos... que limpiaremos y partiremos por la mitad.
El horno vuelve a pitar. Ahora, le daremos la vuelta a la carne y lo pondremos 20 minutos. Ya llevará una horita. Si lo veis demasiado seco podéis tirar un vaso de agua. Yo he puesto un chorrito.
Mientras, freiremos los champiñones.
No demasiado tampoco, que cambien de color y basta. Los reservamos con las patatas.
Vuelve a pitar el horno.
La carne empieza a tener buen color, pero le falta.
Quitamos el romero...
Reservamos la carne en otra bandeja.
Preparamos un cazo con un chino y una mano de mortero.
La mitad de la salsa... la pasaremos por el chino. Eso hará espesar todo el conjunto.
Mezclamos la salsa que hemos colado con el resto de salsa que llevaba cebolla y tomate y le incorporamos un par de cucharadas de ajo y perejil. Este paso lo podéis obviar si queréis, pero le da un punto.
Lo removemos bien. Rectificad de sal si hace falta.
Ahora volvemos a colocar la carne en la misma bandeja y le volvemos a dar la vuelta.
Entre medio, repartimos las patatas y los champiñones.
Y repartimos la parte sólida de la salsa por encima de todo.
Lo echamos todo... procurando repartirlo bien.
Perfecto. Ahora lo horneamos 30 minutitos más, para tostarlo un poco.
Pensad que el punto de cocción dependerá de la temperatura del horno... del espacio que tenga la carne para la recirculación de aire... y del tamaño de cada trozo, por lo tanto, puede ser que tengáis que aumentar el tiempo de cocción. La mejor manera de saberlo es probando un trocito de carne.
Este plato lo podéis hacer con tiempo y dejarlo dentro del horno apagado... a la espera de ser calentado.
Y por fin, ya lo podemos emplatar.
¡Qué aroma que tiene!
Procurad poner un poco de todo en cada plato.
Y las patatitas ¡qué buenas!... y mojad pan en la salsita. No hay que decir que un buen vino tinto no puede faltar.
¡Buen Provecho!