Nuevamente, os traigo un plato de pasta con pescado, una de mis predilecciones. He querido buscar una pasta no demasiado habitual pero muy recomendable: la Tagliata, que sobre todo es ideal para hacer ensaladas de pasta o para mezclar con diferentes tipos de salsa, como la la salsa de gamba de hoy.
12 gambas rojas
2 calamares medianitos (limpios pero enteros)
3 ajos enteros
10-12 hojas de espinaca fresca
100ml. nata líquida
1 sobre queso parmesano
300gr. pasta tagliata
2 hojas de laurel
pimienta negra
aceite de oliva
sal
Lavamos bien todo el pescado. Los calamares tienen que estar limpios pero enteros. Las patas no las utilizaremos para este plato, pero las serviremos como entrante: haremos "Ravas".
Las haremos por ambos lados.
Las reservaremos.
Como os he explicado, utilizaré Tagliata en este plato. Una pasta muy simpática de comer.
Son como unos tirabuzones... similares a los lazos. Pondremos a hervir la pasta con un buen chorro de aceite, sal y dos hojas de laurel.
Mientras tanto, iremos limpiando bien unas cuantas hojas de espinaca fresca. Claro, tiene que ser temporada.
Lavadlas a conciencia ya que acostumbran a tener mucha arena.
Ahora, en el mismo aceite de freír las gambas, freiremos los tubos de calamar. Cuidado que salpican, es mejor tapar la sartén con una tapa para evitar salpicaduras y quemaduras.
Reservaremos la gamba por un lado y las cabezas por otro.
Los calamares ya prácticamente los tenemos. Los reservaremos también.
Este aceite lo colaremos.
Lo mezclaremos con la nata líquida con el aceite y el juguito que podéis sacar de las cabezas de gamba.
Y lo ligaremos una pizca en frío.
Ahora, calentadlo al fuego hasta que arranque el hervor. Rectificad de sal y pimienta negra.
Con la pasta ya hervida y "al dente", que es como me gusta a mí, prepararemos una bandeja para el horno y distribuiremos toda la pasta, dentro.
Tiráis un poco de pimienta.
Y echad una primera capa fina de queso parmesano.
Ahora, encima de la pasta, colocad las hojas de espinaca.
Verted la salsa de gamba que ya tenemos hecha.
Colocad los calamares encima y repartid las gambas peladas por la bandeja.
¡Fuasssss! qué pinta que tiene esto ya...
Finalmente, tirad otra capa de queso parmesano por encima de todo... y un chorro de aceite de oliva.
Lo tenéis que hornear en modo grill para dorar el queso y calentar, en general, todo el plato.
Y ya lo podéis servir.
Unos piñones por encima no le irían mal.
Emplatamos.
No me diréis que no tiene buena pinta... y no se aprecia mucho en esta foto, pero la salsita de gamba está muy presente en cada mordisco... ¡Buen provecho!