Un plato chulo, bonito, y que hace fiesta. Hoy veremos como hacer unos tradicionales canelones de col, muy recomendables. Por lo tanto, aunque veréis que los ingredientes de la receta son unos, las imágenes corresponden a la variante de relleno hecha con el sobrante del cocido ("escudella").

En cualquier caso, ya os podéis imaginar como hacerlos con cualquier otro relleno, ¿verdad? Una alternativa exitosa a los canelones de pasta de toda la vida. ¿Os atrevéis a hacerlos?

Ingredientes

1 col de invierno

250 g de cortes de carne de cerdo cortados en dados

250 g de pechuga de pollo

250 g de cortes de carne de ternera cortados en dados

2 cebollas

2 tomates maduros

salsa bechamel

queso rayado

aceite o mantequilla

sal

agua

Variantes:

- Se puede aprovechar el sobrante de cocido ("escudella") para preparar el relleno.

- Se puede añadir un poco de leche al relleno.

- Se pueden aprovechar las hojas pequeñas de la col para el relleno.

- Se puede poner un poco de bechamel en el relleno.

- Se puede aprovechar el aceite del asado para hacer la bechamel.

Preparación
1.

La escudella o cocido es un largo plato que siempre vale la pena cocinar. Por eso, siempre es interesante hacer de más para que sobre.

2.

Aquí tenemos el sobrante de una gran "escudella".

3.

Empezamos.

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Haced el roux con la mantequilla y la harina.

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Añadid la leche...

6.

sal, nuez moscada y vais removiendo.

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Como siempre, os recomiendo la lectura previa de la receta de la salsa bechamel.

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Pasad el cocido a un recipiente y trituradlo un poco. Costará, ya que es todo sólido.

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Triturad de nuevo hasta dejarlo fino. Ahora os costará menos.

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Añadid más o menos bechamel, según vuestro gusto, pero aseguraos de que os queda una textura similar a la que utilizamos para las croquetas.

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Pasad esta pasta a un recipiente, donde la dejaréis enfriar a temperatura ambiente.

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Vamos a por la col. Retirad las hojas verdes más grandes.

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Con cuidado, vais retirando hojas de col. Sacad la parte central, más dura.

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Si la hoja es lo bastante grande, podéis cortarla por la mitad. El objetivo es que, una vez enrollada, tenga la medida de un canelón normal.

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Poco a poco, con mucho cuidado de no romperlas, vais pelando la col.

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Si queréis, podéis hacer un corte en la base que os ayudará a retirar las hojas mejor.

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Ahora, hoja a hoja, limpiáis la col para sacar restos de tierra y/o insectos.

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¿Es maravillosa la naturaleza, verdad? ¿Habéis visto cómo repele el agua la hoja de col? ¡Me encanta!

 

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Poco a poco, conseguiréis entre 10-15 hojas aptas para hacer los canelones.

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Ahora, poned abundante agua con un poco de sal a hervir.

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Cuando arranque el hervor, vertéis las hojas de col limpias.

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Lo dejáis cocer entre 5 y 7 minutos.

23.

Os daréis cuenta de que pierde volumen enseguida.

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Pasado este tiempo, con mucho cuidado, retirad las hojas.

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Pasadlas a un colador y...

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lavadlas con agua bien fría.

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De nuevo, poco a poco y con mucho cuidado, vais separando las hojas que habéis hervido (ahora, os costará más).

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Las extendéis sobre un papel absorbente para retirar el exceso de agua.

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Las reserváis aparte.

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Una vez tengáis la pasta hecha y la col preparada, ya solo os quedará la parte más fácil: enrollar canelones.

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Extendéis una hoja de col...

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y colocad encima una cantidad de pasta.

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Con las manos, enrollad la pasta con la col.

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Procurad aplicar una cierta presión y os quedarán bien firmes.

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Parece que no, pero la col se comporta muy bien a la hora de enrollar los canelones.

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Los vais colocando en una bandeja de horno. Normalmente, os quedarán más grandes de lo que sería habitual para un canelón. Por lo tanto, contad entre uno y dos por persona como máximo.

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Una vez enrollados, recuperad la salsa sobrante y cubrid los canelones con bechamel. Si está muy fría, calentadla un poco para que se extienda mejor.

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Muy bien.

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Solo os queda poner un poco de queso por gratinar por encima...

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y, si queréis, unos dados de mantequilla. En este punto podéis gratinarlos y consumirlos directamente o congelarlos para consumir cuando haga falta. Por lo tanto, es un plato que podéis elaborar con antelación.

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Y a gratinar.

 

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Hasta que queden dorados.

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Y ya podéis servirlos.

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Bien calentitos.

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¿Los probamos?

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¿Tienen buena pinta, verdad?

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Solo os quedará acompañar estos formidables canelones con un cava fresquito.

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¡Buen provecho!