Hoy veremos como hacer unos canelones de miel y requesón, una forma original de presentar este delicioso postre tan nuestro. Puede parecer complicado a primera vista, pero os puedo garantizar que es muy fácil de hacer y siempre queda bien. Sólo tenéis que ser cuidadosos con las medidas. La gelatina de miel hecha con agar, tiene que tener el punto correcto y eso pasa por pesar el agar correctamente. Por eso, os aconsejo hacer uso de una balanza de precisión. Si no la tenéis, os recomiendo comprarla, ya que, sobre todo en pastelería, os irá muy bien. Y no son caras.
La decoración la podéis hacer a vuestro gusto. Yo os mostraré algunas posibilidades.
200 ml de agua
200 ml de miel
3 g de agar-agar
250 g de requesón
Para decorar:
nueces
miel
fruta liofilizada o deshidratada
menta
Variantes:
- Podéis darle la forma que más os convenga
- Se puede utilizar cualquier tipo de miel
Yo he utilizado miel de mil flores, que es la que más me gusta. El agar, lo podéis encontrar en cualquier tienda mínimamente especializada.
Pesad la miel y mezcladla con el agua.
Ahora pesad el polvo de agar. Se puede encontrar también en escamas, pero en cualquier caso es importante que el peso sea exacto, por eso os recomiendo una balanza de precisión.
Os puedo decir que son dos cucharadas de café aproximadamente, pero insisto, en que se tiene que pesar. Si no se hace, la gelatina, puede quedar demasiado sólida o demasiado líquida, haciendo que el canelón se rompa.
Vertidlo con el agua y la miel.
Es importante disolver completamente el agar dentro del líquido.
Ahora, llevadlo a ebullición. Una vez arranque el hervor, un minuto y apagáis el fuego.
Mientras tanto, podéis preparar el recipiente donde verteréis la gelatina. Un plato con el fondo plano será suficiente.
O incluso una bandeja, sencillamente que tenga el fondo plano.
Ya hierve, podéis apagar el fuego.
Con cuidado, vertidlo sobre el plato. Vigilad el grosor, ni demasiado grueso ni demasiado delgado.
Muy bien.
Y ahora, dejad que la gelatina se enfríe a temperatura ambiente. Yo os diría que una hora como mínimo. Por eso os he comentado que podéis preparar la gelatina con tiempo, de buena mañana, y a mediodía ya la podéis utilizar sin problemas. Incluso el día antes, pero no la guardéis en la nevera demasiado tiempo.
Como podéis ver, ya es manipulable.
Y se puede enrollar sin que se rompa.
Vamos a por el requesón.
Trabajadlo un poco, para dejarlo cremoso.
Llenad una manga.
Y dejad un agujero de la medida de una moneda de céntimo, más o menos.
Dejad un pequeño espacio a un lado.
Y ahora, enrolladlo sobre sí mismo.
Una vez hecho el canelón, cortad por el otro lado y recortad las puntas.
Limpiad el cuchillo en cada corte.
Vais colocando los canelones en un plato.
Finalmente, echad un poco de miel por encima.
Una posible decoración sería utilizando fruta deshidratada.
Le dará color y ligará bastante el sabor.
Y ya se pueden servir.
¿Fácil, no?
Otra forma de servirlos es con nueces, a mí me gusta más particularmente.
Aparte de ser muy saludable, la nuez encaja más que bien con la miel y el requesón, ya lo sabéis.
Y la menta le dará un aroma fresco al plato.
Finalmente, podéis servirlo en forma de lasaña también.
Poned varías tiras de requesón sobre una capa de gelatina.
Cubridlo con una nueva capa de gelatina de miel.
Poned más requesón y una capa final de gelatina. Un buen chorro de miel por encima.
Y ya lo podéis servir.
También podéis recortar las esquinas, hacerlo más estético y más pequeño. Cabe decir que es un postre calórico y llena, por lo tanto, mejor no abusar. ¡Buen provecho!