Hoy os traigo un plato que me hacía mucha ilusión cocinar: el Catxoflino. Es una palabra que sirve para describir un plato elaborado con un poco de todo. Una especie de mezcla armoniosa de elementos que están al alcance de la mano. Una mezcla armoniosa, ¿eh?... No vale meter de todo sin sentido.
En un Catxoflino podéis encontrar lentejas, gambas, albóndigas, sepia, calamar, pescado a trozos, tocino, salchichas, garbanzos, mejillones, almejas, etc.
16 albóndigas (60% ternera + 40% cerdo)
4 cigalas frescas
300 g de morro de ternera cocido
200 g de mejillones frescos de roca
1 cebolla picada
2 tomates maduros
1 cucharada de harina
1 copa de vino blanco
1 cucharada de pimentón
agua o caldo de pescado
pimienta negra
aceite de oliva
sal
Variantes:
- Podéis poner alioli cortado dentro de la cazuela al final de la cocción
- Podéis añadir una picada de ajo, almendra, piñones, avellana, ajo, perejil y pan frito.
- Podéis sustituir el morro de ternera por pies de cerdo o de ternera también
- Podéis prescindir del alioli
Para este tipo de guisos me gusta utilizar una cazuela de hierro colado. Podéis utilizar una cazuela de barro de toda la vida, también
Lo que haremos, primero de todo, es preparar las albóndigas. No os explicaré el paso a paso de las albóndigas en esta entrada, pero lo podéis ver dentro de la receta Albóndigas con samfaina.
En una sartén con abundante aceite para freír... haremos las albóndigas.
Las tenéis que hacer prácticamente al 100%. Pensad que después sólo las haremos cocer 5-10 minutos dentro de la cazuela.
Una vez tengamos las albóndigas fritas, preparamos el resto de ingredientes.
Yo he comprado ya cocido el morro.
Y las cigalas procuraremos que sean bien frescas, sobre todo si no utilizamos caldo de pescado.
Cortamos el ajo en láminas...
y picamos la cebolla.
Ahora, doramos el ajo con un buen chorro de aceite de oliva.
Retiradlo antes de que se queme.
Salamos las cigalas...
y en el mismo aceite freímos las cigalas. Un poco.
no demasiado, hasta que cambien de color por ambos lados.
Y los reservamos.
En el mismo aceite, sofreímos la cebolla hasta que coja buen color.
Mientras tanto, podemos ir rayando los tomates.
Cuando la cebolla esté oscura... verteremos el tomate con una cucharadita de pimentón.
Lo removemos un poco.
Ahora añadiremos el vino blanco, en este caso, uno especial para cocinar.
Aproximadamente una copa. Lo dejaremos que reduzca un poco durante unos 10 minutos.
Echad una cucharada grande de harina. No os preocupéis por los grumos, que después desaparecen solos.
Ahora sí, vertemos agua, pero no demasiada tampoco, que no llegue a cubrir todos los ingredientes que tenemos. Si tenéis, podéis poner caldo de pescado.
Lo removemos un poco y dejamos que arranque el hervor.
Ahora, ya podemos echar el morro de ternera...
... las cigalas... y las albóndigas.
Lo removemos.
Dejamos que arranque el hervor.
Por otra parte, haremos los mejillones al vapor. Si estáis convencidos de que no hay ninguno malo... los podéis incorporar directamente a la cazuela. De lo contrario, no cuesta nada abrirlos al vapor previamente.
Una vez cocidos y abiertos... podemos oler un poco el conjunto. Si todo tiene buena pinta...
incorporamos los mejillones a la cazuela.
Lo removemos de nuevo, rectificamos el conjunto de sal... y dejamos que hierva 5 minutos todo.
Como siempre, conviene que repose un buen rato, este plato.
Y emplatamos nuestro Catxoflino de cigalas y albóndigas.
Que no falte un buen vinito.
¡Buen provecho!