La cebolla caramelizada está muy buena y es un recurso muy útil para cualquier cocinero/a. No cuesta nada de hacer. Encontraréis muchas recetas de cebolla caramelizada, muchas con azúcar añadido. Pero os aseguro que no es necesario. Si añadís no pasa nada, pero no hace falta. Si lo hacéis bien, la misma cebolla genera los azúcares necesarios para hacer que finalmente sea dulce después de haberla confitado. Solo tenéis que encontrar el punto de las famosas reacciones de Maillard, que es las reacciones producidas entre las proteínas y el azúcar de los alimentos y que genera aquel tostadito de sabor intenso tan característico, que también es aplicable a cualquier otro producto. El resultado de este proceso es la caramelización. Por lo tanto, esta cebolla, es muy versátil y os servirá para condimentar o presentar cualquiera de vuestros platos o bocadillos con un toque de sofisticación.
1 kg de cebollas cortadas en juliana
un chorro de aceite
un chorro de agua
Preparamos las cebollas. Lo podéis hacer con cebolla roja también.
Las pelamos...
y las cortamos en juliana. Si no queréis llorar demasiado podéis mojar las cebollas debajo el grifo, así como el cuchillo y poner en marcha el extractor.
En una sartén o una cazuela, tiraremos un buen chorro de aceite.
A continuación, añadiremos la cebolla cortada y...
... removemos.
Al principio el fuego tiene que estar medio-alto, ya que buscamos tostar un poco la cebolla.
Poco a poco irá cogiendo color.
Vigiladla bien y removed a menudo para evitar que se queme.
Cuando la cebolla tenga un color más oscuro y prácticamente haya consumido toda el agua que incorporan, podéis añadir un pequeño chorro de agua adicional.
¿Pero poca, eh? De esta manera evitaremos que la cebolla se queme y que continúe el proceso de confitado.
En este punto no dejéis de remover, ya que se os puede quemar con facilidad.
Removed y removed, y si hace falta un nuevo chorro de agua le ponemos. Ocasionalmente, pongo unas gotas de salsa Viandox para aromatizar la cebolla y que tenga sabor de carne, sobre todo si la queréis para condimentar hamburguesas o salchichas, pero es totalmente opcional.
En total tendremos que estar entre 30-40 minutos para acabar de caramelizar la cebolla.
Una vez esté bien oscura, la colaremos para extraer el exceso de aceite...
y la dejaremos enfriar.
Una vez fría reservar en la nevera. Os aguantará muchos días. Además, con el paso de las horas la cebolla cogerá más textura de confite y se oscurecerá considerablemente.
Como ejemplo, veremos un bratwurst o cervela con cebolla caramelizada. Haced cortes al sesgo en las dos direcciones hasta llegar a la mitad de la salchicha (¡no la cortéis completamente!).
De esta manera, la salchicha se cuece mejor, queda más atractiva a la vista y...
La cebolla se cogerá mejor. La cebolla, el ketchup o la mostaza, claro está. ¿Veis cómo ha cambiado el aspecto de la cebolla una vez ha reposado?
Extendedla entre los cortes del bratwurst o cervela y a disfrutar.
¡Buen provecho!