Hoy veremos como hacer una sencilla cebolla crujiente, esa que sirve para acompañar cualquier plato, pero que tan bien le va a un buen frankfurt, bockwurst o bratwurst. Esta cebolla la podéis conservar fuera de la nevera durante 15 días sin problemas. Después se empieza a estropear.

Ingredientes

2 cebollas bien picaditas

2 cucharadas de harina

sal

aceite de girasol

una bolsa de congelar

Preparación
1.

Pelamos las cebollas. Y las picamos.

2.

Yo las he hecho así, pero os recomiendo picarlas todavía más pequeñas. Cuanto más pequeñas más crujientes.

3.

Ahora ponemos un cazo al fuego con aceite de girasol para freír.

4.

Colocamos la cebolla picada dentro de una bolsita de plástico.

5.

Le tiramos dos cucharadas de harina.

6.

Tal cual.

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Y removed la bolsa enérgicamente.

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Veréis que poco a poco todos los trocitos de cebolla se van enharinando solos.

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Os tienen que quedar así.

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Ahora, con el aceite bien caliente, los freiremos... haciendo uso de una espumadera para sumergirlos poco a poco. Cuidado que si lo tiráis con las manos de golpe os puede salpicar y quemaros.

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Haremos la mitad de la cebolla, ya que el volumen del aceite se duplica y no cabría.

12.

Lo tenemos que dejar un rato, hasta que coja colorete.

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Ahora ya la podemos dejar sobre un papel absorbente.

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Y aquí la tenemos.

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La salaremos a nuestro gusto.

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Y a consumir. La podéis guardar unos cuantos días e ir gastando.

17.

Os recomiendo probar esta cebolla con un Bockwurst de Casa Westfalia...

18.

Está impresionantemente bueno. ¡Buen Provecho!