Hoy te traigo una preparación antigua y tradicional, pero que todavía se cocina en muchas casas. La cebolla encurtida no solo resulta sabrosa y refrescante, también ayuda a hacer la digestión y la puedes incorporar a todo tipo de preparaciones (carne, pescado, pizzas, pan, etc.). ¡Vamos!
- 2 cebollas moradas
- 3 dientes de ajo pelados
- 1 rama de romero fresco
- 1 vaso de vinagre (de manzana o jerez)
- 1 vaso de agua
- Unos granos de pimienta negra
- 2 hojas de laurel
Variantes:
Se pueden añadir otros tipos de hierbas aromáticas.
Prepara todos los ingredientes.
En un recipiente, pon los ajos pelados, la pimienta negra, el laurel y el romero.
Pon también el vinagre y lo dejas aliñar un rato.
Pela y corta las cebollas en juliana.
Coloca la cebolla dentro de un recipiente de cristal que se pueda cerrar, y seguidamente, añade los ajos, el laurel y la rama de romero.
Calienta el agua hasta que hierva y mézclala con el vinagre.
Añade esta mezcla al tarro de cristal hasta cubrir totalmente la cebolla.
Déjalo enfriar un rato a temperatura ambiente.
Una vez frío, ya puedes taparlo y guardarlo en la nevera. Pasadas dos horas ya se puede consumir, pero mejor dejar la cebolla un par de días antes de probarla. Esta preparación te aguantará un mes tranquilamente en la nevera.
¡Buen provecho!