Que si, que si, un plato simple pero bien bueno que está, ¿eh? Eso mismo también pasa con la cebolla al puñetazo. Esta es una ensalada de pocos ingredientes, pero que siempre resulta agradable, en boca y a la vista.
El punto picante de la pimienta negra es la clave de esta básica receta. Poned la cantidad que os vaya mejor según vuestro paladar, pero poned. Os puede servir de acompañamiento para muchos otros platos. Se conserva bastantes días dentro de la nevera.
2 cebollas grandes
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra
Sal
Variantes:
Podéis utilizar pimienta "a las cuatro pimientas"
Podéis añadir unas aceitunas arbequinas o de Aragón
Lo podéis hacer con la cebolla larga de Berga
Haced una buena brasa con troncos de haya u olivo.
Mientras tanto, pelad las cebollas. También las podéis poner sin pelar.
Envolvedla.
Que quede bien prensada.
Ponedla a cocer cerca del fuego.
Podéis ponerla sobre el fuego con una sartén para castañas, si queréis. O dejarla directamente sobre las brasas. En cualquier caso, tened en cuenta que según donde la coloqueis, el tiempo de cocción puede variar sensiblemente.
Y dejadla hacer unos 10-15 minutos por cada lado, hasta que notéis que está bien blanda.
Retirad el papel de aluminio. Qué aroma que tiene, ¿eh?
Y ahora pelad la capa más quemada.
Os tiene que quedar la cebolla entera con este colorete tan agradable.
Cortadla a trozos y colocadla en un plato.
Rociad toda la cebolla con aceite de oliva virgen extra, lo que más os guste.
Echad un poco de sal y, seguidamente, pimienta con generosidad.
¡Y a disfrutar!