Una tapa de aquellas que me encantan. Un buen plato de champiñones frescos salteados con ajo y perejil es un plato excepcional. Sin embargo, claro, no lo acostumbro a pedir cuándo salgo... más que nada por el peligro de que te sirvan unos champiñones de bote, que son horrorosos. Tsch, seamos realistas.
No sé si os pasa a vosotros, pero esta tapa cuesta de encontrar. Y es muy curioso porque, en cambio, la podemos encontrar en muchísimas cartas de muchos bares de tapas. Pero no hay nada mejor que hacérsela en casa. Una buena tapa, ideal para cualquier vermut.
500 g champiñones frescos
ajo picado
perejil
aceite de oliva
sal
Variantes:
Se pueden reducir con un chorro de vino blanco
Se pueden acompañar con unas rebanadas de pan tostado/frito
Lavamos bien los champiñones y cortamos las raíces.
Tienen que quedar bien limpios de arena.
Ahora los cortamos en láminas...
... ni demasiado delgadas ni demasiado gruesas, aunque los podéis hacer por la mitad directamente.
Picamos un par o tres de ajos con un poco de perejil fresco... a ojo.
Ponemos un buen chorro de aceite de oliva a calentar... y tiramos la mitad del ajo y perejil, para dar sabor.
Seguidamente, incorporamos los champiñones...
Tiramos el resto de ajo y perejil picado por encima y lo vamos removiendo todo junto.
Los tenéis que saltear hasta que empiecen a quedar un poco dorados.
Cuando prácticamente estén cocidos... los salaremos un poco.
Emplatar y servir inmediatamente.
¿A qué tienen buena pinta?
¡Buen Provecho!