Después de revisar y revisar diferentes recetas como esta, he decidido hacer la salsa a mi manera. Al fin y al cabo, se trata de un sofrito bien intenso con un par de toques que le aportan matices muy interesantes.
Buscaba una salsa con carácter pero de textura fina, bien cocida y ligada, que impregnara con contundencia los calamares, haciendo de todo un plato atractivo a la vista y sabroso en boca. Lo he acompañado con un poco de arroz basmati, que siempre liga, pero les podéis acompañar de verdura, patatas o, sencillamente, solos. Un plato para mojar pan y degustar con tranquilidad. Espero que os guste.
1 kilo de chipirones limpios
5 o 6 tomates maduros
1/2 pimiento rojo
1 pimiento verde
2 dientes de ajo
cebollas
1/2 copa de brandy
1 cucharada de pimentón
unas gotas de salsa Tabasco
unas gotas de salsa Viandox
aceite de oliva
agua
pimienta negra
azúcar
sal
Variantes:
Podéis incorporar gambas o langostinos
Se puede poner una pizca de la tinta del calamar para oscurecer más la sala
Se puede acompañar de arroz blanco
Lavad y preparad toda la verdura necesaria. Si es de temporada mejor, claro está.
Cortad la cebolla en juliana. No hay que cortarla más porque después lo trituraremos todo.
Rayad los tomates.
Que sean buenos tomates. Podéis utilizar salsa de tomate de tarro, pero no hay nada como el tomate natural de temporada y ecológico.
En una cazuela con un buen chorro de aceite de oliva dorad el ajo.
Antes de que se queme el ajo, añadid unas hojas de laurel y...
... la cebolla.
Cortad los pimientos.
Y añadidlos también. Dejad cocer la verdura.
Mientras tanto, añadid unas gotas de tabasco al tomate que habéis rayado. La cantidad dependerá de vosotros, si queréis un ligero toque picante, muy picante o nada.
Añadid también un poco de pimentón, que dará color.
Poned un poco de pimienta negra en la verdura y dejad que se haga adobe.
A continuación, echad el tomate.
Saladlo un poco.
Y echad un poco de azúcar, por aquello de la acidez del tomate.
El tiempo siempre es relativo, y es más importante fijarse que el agua se haya consumido y el sofrito empiece a caramelizar.
Ya está bien cocido.
Retirad las hojas de laurel.
Pasad este sofrito a un tarro para triturar.
Muy bien.
¡Vigilad por dónde cojáis el bote, que quema!
Y ahora lo trituráis bien.
Que quede bien fino. Reservadlo.
Una vez limpios los calamares, saladlos.
Pimentadlos.
Verted los calamares.
Dadlos un par de vueltas a fuego muy fuerte.
Añadid la salsa triturada.
Podéis limpiar el bote añadiendo un poco de agua.
Removedlo un poco.
En este punto podéis o no añadir un chorro de salsa Viandox. Esta salsa potenciará el sabor del plato. Si no tenéis, la podéis obviar.
Tapad la cazuela y, a fuego lento, dejad que reduzca durante unos 25 o 30 minutos.
Durante este tiempo vigilad el guiso, y procurad que no se queme. Si hace falta, podéis añadir un poco de agua.
Cuando la salsa haya reducido y tenga un bonito color brillante, ya podéis apagar el fuego. Dejad reposar el plato un par de horas. Mejor si los dejáis para el día siguiente.
Como os comentaba al inicio, yo lo he acompañado de arroz largo.
Hervidlo con un poco de sal hasta que esté cocido. Mientras tanto, calentad los calamares.
Emplatadlo para que quede bonito, ¿eh?
Una vez escurrido ya podéis servir el arroz.
Poned una cantidad de arroz por persona en medio del plato.
Servid los chipirones en torno al arroz y decorad el plato con pimienta negra.
Que no falte un chorro de aceite de oliva virgen extra.
¡Y todo el mundo a comer!
¡Buen provecho! A continuación, os muestro la misma receta pero añadiendo langostinos, que le van muy bien. Es una manera de alargar el plato también.
Una vez hecha la receta, lavad los langostinos.
Saladlos.
Y ponedlos a freír con unos ajos cortados en láminas.
Cuando estén cocidos por ambos lados...
... los reserváis.
Que se caliente unos instantes todo y ya lo podréis servir.
¡Buen provecho de nuevo!