Como siempre, y más en este caso, es importante que el marisco sea bien fresco. Además, os recomiendo oler las almejas para detectar si alguna de ellas está en malas condiciones.
Pensad que una sola puede estropear todo el conjunto y, una vez hechas, el mal olor todavía es más notable. También es una buena práctica tirar todas aquellas chirlas que tengan golpes, estén rotas o abiertas. Yo os confesaré que no acostumbro a hacer la chirla al vapor. Prefiero hacerlo con almejas más grandes (almeja fina o babosa, gallega) Normalmente yo utilizo las chirlas para hacer el arroz o la paella. Pero hoy he querido hacerlas para documentar esta receta tradicional. ¡Y bien buenas han quedado, sí señor! Con el mismo procedimiento de cocción podéis hacer los dátiles de mar, las coquinas o los mejillones al vapor. También podéis consultar las Almejas a la plancha.
2 kg de chirlas frescas
1 limón
2 hojas de laurel
pimienta negra en grano
sal
Variantes:
Hay quien le pone un chorro de agua o de vino blanco
Preparad las chirlas.
Sumergidlas en agua.
Y echad bastante sal.
Sin miedo.
Dejad las chirlas un par de horas en agua y sal para que pierdan la arena.
Cuando falten 10 minutos para servirlas a la mesa, empezad a prepararlas. Lavadlas bien y retirad el agua.
En un bol u olla pequeña poned el zumo de un limón y dejad el limón dentro.
Poned también el laurel y la pimienta negra.
El fuego encendido ya, de esta manera haréis salir los aromas de las especias.
Y cuando esté bien caliente, añadid las chirlas. Hay quien le tira un chorro de agua para favorecer el vapor.
Poned el fuego a medio gas y tapad la olla.
Pasados 5 minutos abrid y comprobad si ya están todas abiertas. Si es así, no hay que esperar más.
Vertedlas dentro de un colador y servidlas inmediatamente.
Podéis acompañarlas de limón.
¡Y a disfrutar, chicos!
¡Buen provecho!
Y para beber: