Esta entrada no es más que un recordatorio. ¿Quién no ha desayunado nunca churros o melindros con chocolate?... aunque sea después de haber salido de fiesta toda la noche, ya me entendéis. O quizás, ahora me diréis que toda la vida habéis tomado chocolate caliente para merendar en vuestra casa. Y yo me lo creeré.
El chocolate caliente, generalmente, es una merienda (o desayuno) muy apreciado por los chiquillos y también por los abuelos, sobre todo en invierno... cuando llegamos a casa con las manos congeladas.
300 gr. chocolate en polvo
1/2 litro de leche
Lo que más os guste para mojar (magdalenas, bizcocho, brioche, churros, etc...)
Como os he comentado... he utilizado un chocolate caliente que me regalaron por haber ganado un concurso de recetas.
Pesaremos el chocolate.
Calentad 3/4 partes de la leche en un cazo hasta que hierva.
La cuarta parte de leche fría... la mezcláis bien con el chocolate, en frío.
Utilizad una varilla.
Removedlo bien, hasta que no queden grumos... y reservad.
Lo acompañaré con unas tiras de bizcocho que me han sobrado de hacer un pastel.
A mí me gusta más así, solo, que con chocolate.
Esperamos hasta que hierva la leche.
Ahora mezclamos la preparación en frío con la leche caliente.
Removedlo bien durante uno rato. Poco a poco, que no se pegue en el fondo.
Una vez arranque el hervor... ya lo podremos parar... y servir.
Mojad el bizcocho.
Visto así, si que dan ganas de probarlo.
Y para los niños... tazas de niños, claro.
¿Mojamos unos "churros", o que?
¡Buen Provecho!