¿Os ha pasado alguna vez que, de sopetón, se os pone la barriga como un globo y tenéis una sensación extraña de atracón temporal? Este chupito es ideal para cuando tenéis hinchazón de barriga y os sentís pesados, como por ejemplo, después de grandes comidas. Como muchos ya sabréis, el jengibre tiene muchas propiedades. Es muy digestivo, estimula el páncreas, evita la flatulencia y los gases. Además, tiene poder antibacteriano, cuida la flora intestinal y es un antibiótico natural. Es útil para el mal aliento, para las úlceras digestivas, para la gastritis y la diarrea. Favorece el aparato circulatorio y previene problemas cardiacos, coágulos, anginas de pecho y trombosis. Se usa también por el tratamiento del dolor, la artritis, la depresión y la fatiga crónica.
Vaya, que los beneficios de consumir jengibre son más que evidentes. Eso sí, también hay alguna contraindicación que hace falta tener en cuenta, como la afectación que tiene sobre algunos medicamentos (inhibe la función de los antihipertensivos). La piña, por su parte, contiene bromelina, una enzima que digiere los alimentos previniendo la hinchazón y las digestiones pesadas. Es por esta razón que la mezcla de estos dos productos le irá muy bien en vuestras barrigas y, además, os gustará.
300 g de piña fresca
20-30 g de jengibre fresco
Jengibre en polvo
Variantes:
- Podéis hacer el mismo sorbo con manzana, pera, uva o naranja.
Preparamos los ingredientes.
Empezaremos por la piña.
Cortad una rodaja gruesa.
Ahora, retirad toda la piel y partes duras.
La parte dura central también, aquella que muchos llamamos "madera". Reservamos la piña.
Ahora vamos por el jengibre.
Con un solo trozo de estos tendremos bastante. De hecho, yo os recomendaría poner la mitad de momento. Si os gusta del sorbo, ya iréis subiendo la dosis de jengibre.
Pelamos el jengibre.
Y lo reservamos también.
Ahora, lo pasaremos todo por la licuadora. Lo podéis hacer con una batidora eléctrica y colarlo luego.
Procurad intercalar la piña con el jengibre.
Dejad que la máquina saque mezcle bien todo el zumo con la pulpa.
Saldrá un zumo espeso.
Ya solo nos queda servirlo en vasos de chupito.
Así ya lo podríamos servir, pero a mí me gusta decorarlo un poco.
Podéis tirar una pizca de polvo de jengibre, pero justo antes de servirlo, ya que con el tiempo la humedad lo absorbe.
Para acabar, he querido añadir una rama de zanahoria, que es bastante bonita y original. Pero también podéis poner una hoja de menta.
Podéis servir los sorbos a temperatura ambiente o fríos de la nevera.
Se conserva un rato en la nevera, pero poco a poco se van separando las partes líquidas de la pulpa y eso le da un aspecto feo. No conviene conservarlo de un día para otro, por ejemplo.
Y a probarlo, a ver si os gusta. Recordad que podéis mezclar el jengibre con muchas otras frutas. ¡Está bueno y te hace sentir bien por dentro! Si os parece que lleva demasiado jengibre, poned menos hasta encontrar vuestro punto. A mí me gusta fuerte. ¡Buen provecho!