Me hace mucha ilusión publicar esta receta tan tradicional, tan nuestra y tan recomendable. Hacía tiempo que tenía pensado hacer la clocha pero hasta que no he dispuesto de chimenea no lo he podido interpretar como yo quería, es decir, tal como se hacía antiguamente. En cualquier caso, también podéis utilizar el horno para escalivar la verdura y hacer el arenque a la plancha. Quedará prácticamente igual de buena.
1 pan de payés de ½ kg
2 arenques
1 cebollas
4 tomates de colgar
1 cabezas de ajo
aceite de oliva virgen extra
Variantes:
- Se puede comer con olivas .
- Se puede comer con uva.

Preparamos los ingredientes.

Bien sencillos y económicos. Por cierto, las olivas son para acompañar, ¿eh?

Preparamos también la chimenea para conseguir una buena brasa.

Ya sabéis que los arenques tienen un sabor muy peculiar y muy salado. Personalmente, encuentro que son una exquisitez de esta vida, aunque no se debe abusar, sobre todo si tenéis la tensión alta, como yo.

Y qué olor que tienen, ¿eh? vigilad con el olor que impregnan todo aquello que tocan.

Y quiero hablaros del pan. Tenéis que encontrar un pan realmente bueno. Un pan de payés hecho como es debido, crujiente, con sabor a pan. Yo tengo la suerte de tener muy cerca un horno tradicional donde hacen un pan absolutamente increíble. Cualquier cosa que comas con este pan se vuelve mejor. Una clocha hecha con cualquier pan de payés perderá mucho. Tenedlo muy en cuenta eso.

Empezamos a preparar la verdura para escalivar. La podéis pelar o no.

De hecho no hace falta, pero la cebolla, al tener muchas capas, se hace bien.

Envolvedla con papel de aluminio.

Haced una pelota.

Ponedla a tostar encima de la brasa o sobre una sartén con agujeros, como para hacer castañas.
Haced la misma operación con los tomates de colgar.

Y los ajos igual, podéis poner la cabeza de ajos entera o los grandes de ajos por separado.

Envuelto y hacia la brasa.

Si tenéis un fuego importante dadle la vuelta a menudo o se os puede quemar.

Por cierto, nunca he tenido chimenea hasta ahora. Los que no tengáis pues como siempre, utilizáis el horno que también os quedará fantásticamente bien.

Los arenques también los haremos a la brasa una vez esté escalivada la verdura.

Es interesante utilizar una parrilla de doble cara.

De esta manera le iremos dando la vuelta sin peligro que nos caigan. Si no podéis hacerlas a la brasa hacedlas a la plancha. Esperad a hacerlas cuando tengáis la clocha a punto. Pensad que se hacen en dos minutos y conviene comerlas calientes.

Cortadlo por la mitad.

Sacad toda la miga.

Poco a poco, que quede bien.

Y sin miedo. Pero tampoco hay que pasarse. Procurad no agujerear el pan por la parte inferior.

La miga la reserváis.

El pan ya está a punto. Hay quien pone el pan a tostar. Como más os guste.

Los tomates ya están.

Perfecto.

La piel sale sola. Vigilad no os quemáis.

Antes de poner el tomate rociad bien todo el pan por dentro con un buen aceite de oliva virgen extra.

¡Genial!

Ahora ponemos los tomates escalivados.

Con la misma cuchara derramadlos bien por todas partes.

Vaya, que os tiene que quedar una especie de pan con tomate por dentro.

Más.

Retirad la piel de los ajos que tienen que estar blanditos. Poned los que queréis dentro del pan.

Y ahora la cebolla.
Sin quemaros, retirad el papel...

Os quedará una cebolla escalivada como esta.

Cortadla a trozos si queréis.

Poned la cebolla dentro del pan. Y ahora sólo nos queda poner el arenque.

Si queréis, podéis aprovechar.

Es el momento de hacer los arenques a la brasa.

Vigilad no se quemen. Dadle la vuelta.

Con una par o tres de minutos los tendréis hechos.

Pensad que es un alimento salado que se puede consumir en crudo.

Ahora toca ensuciarse un poco, pero esta también es la gracia de la clocha. El calor de la brasa os permitirá retirar la piel del arenque con facilidad.

Sale a clapas.

Retirad la carne y procurad sacar todas las espinas posibles.

Desmenuzad el arenque dentro de la clocha.

Retirad la espina central y...

haced lo mismo con la carne del otro lado.

Una vez tengáis el arenque dentro, removedlo todo. Hay quién se lo hace muy pequeño, muy desmenuzado, pero no hace falta.

Un último chorro de aceite de oliva y...

lo tapamos con la miga tostada.

¡Y ya tenéis la clocha a punto para comer!

Tiene buena pinta, ¿verdad?

La cortaremos por la mitad para ver cómo ha quedado.

¡Fuassss! ¿no hacen falta palabras, verdad?

¡Qué bocadillo chicos!

Con un desayuno así no hay que comer.

Es un manjar espectacular.

Mejor no ver estas fotos con hambre. Es un consejo que os doy.

¡Buen provecho!
