Una coca muy buena y un poco tonta, si queréis, pero con un gran resultado. Podéis hacer esta coca con masa de pan suizo, la misma que podéis utilizar para hacer otros productos como caprichos, el mismo pan suizo, pan de molde o pan inglés, coca de cristal, etc. Para el proceso de fermentación, podéis preparar el horno en modo "estufa", que digo yo.
En cualquier caso, si tenéis tiempo suficiente, lo más fácil es dejar trabajar a la naturaleza... y que la masa fermente solita durante hora y media - dos horas... dentro de un cuenco... tapada con un trapo húmedo. Esta coca la podéis encontrar también sin piñones, pero es igual que la coca de panadero. Quizás la de panadero es un poco más gruesa... y tiene otro dibujo. Pero todas están igual de buenas.
800 g de masa de pan suizo
aceite de oliva
azúcar
anís
Variantes:
- Se pueden añadir piñones o almendra laminada
Preparamos la masa de pan suizo tal como se describe en aquella receta.
Una vez amasada la masa...
Es interesante trabajarla también un rato a mano. Yo tengo esta costumbre.
Para acabar, hacemos una bola y la dejamos reposar unos minutos. Ahora pesamos entre 600-800 g de masa para hacer la coca. Con el resto de masa que os sobró podéis hacer unos panecillos u otra coca más pequeña.
Estirad bien la masa con un rodillo.
Pensad que cuanto más fina más crujiente, y al revés. Enrolladla con el rodillo para transportarla.
Colocad la coca en una bandeja para el horno. Ahora dejaremos subir la coca durante mínimo una hora en un lugar donde no haya corrientes de aire.
Una vez haya doblado su volumen por una parte, prepararemos el horno a 220-230 grados con ventilación, y de la otra, rociaremos toda la coca con aceite de oliva.
Esparcís el aceite con las manos, se trata de hacer una capa de aceite importante.
Seguidamente, clavad las puntas de los dedos en la masa (no las uñas), haciendo formas diversas.
Apretáis fuerte pero sin romper la masa, ¿eh? Si aparecen burbujas grandes si que las podéis reventar. ¿Qué gusto, eh?
Lo que se supone que no tenemos que hacer nunca... ¡ahora sí que lo podemos hacer! ¡jeje!
Finalmente, tiraremos otro chorro de aceite por encima.
Veréis que los agujeros quedan llenos de aceite: es correcto.
Si queréis, en este punto, también podéis poner piñones, aunque es más habitual encontrar esta coca sin piñones.
Para acabar la coca, tenéis que tirar una buena cantidad de azúcar por encima.
Sin miedo. Pensád que hasta ahora no hemos puesto nada de azúcar, por lo tanto, este será todo el azúcar que tendrá la coca. Aseguraos que tenga suficiente o la coca no quedará lo bastante dulce.
Ya sólo nos queda cocerla a fuego muy fuerte los primeros 5 minutos, a 220-230ºC.
Después, durante unos 15-20 minutos, podéis bajar el horno a 200º grados. Pero tendréis que controlar bien vuestro horno. Cuidado que se quema rápidamente.
Sólo salir del horno, tendremos que tirar el anís. El anís con el azúcar caliente creará una capa caramelizada muy interesante al paladar.
Si tenéis un pulverizado mejor. Yo lo hago directamente, es decir, pongo un dedo en el pico de la botella de anís y lo riego todo con alegría.
El anís también hará que la coca brille.
Dejadla enfriar.
Y a disfrutar de una buena merienda.
¿Queréis un trozo?
Queda blanda por dentro y crujiente por fuera.
Y con piñones es todavía mejor, aunque es más propio de la coca de panadero.
¿Buena eh? Y si estiráis esta misma masa muy fina muy fina, con la misma elaboración, haréis coca de cristal.
¡Buen Provecho!