La coradella es un plato antiguo, típico de los desayunos de arrieros y campesinos de nuestro país. No es apto para todos los gustos, los fabricantes locales han elaborado el embutido Butifarra de coradella, un producto más versátil y que acerca más paladares. De esta manera, la butifarra de coradella pasa a considerarse un posible ingrediente de otras elaboraciones, como veremos hoy. Os proponemos una coca de butifarra de coradella sabrosa y crujiente, ideal para compartir con amigos y familia.
Para hacer la masa:
400 g de harina fuerza
200 g de agua
50 g de aceite de oliva
25 g de levadura fresca
1 cucharadita de sal
media cucharita de azúcar
Para la coca:
Rebanadas de butifarra de coradella
Espárragos silvestres
Sal en escamas
Aceite de oliva
Variantes:
- Si no encontráis butifarra de coradella se puede hacer con butifarra negra, blanca o cruda
Primero tenéis que preparar la masa. Pesad la harina y ponedla en un recipiente.
La levadura la podéis añadir con la harina, desmenuzado con la mano y removerlo. De lo contrario, se puede disolver con un poco de agua. Es importante evitar que la levadura entre en contacto directo con la sal, ya que la sal mata la levadura.
Seguidamente añadid el azúcar.
Y el agua. Mejor a temperatura ambiente, que no esté fría, para estimular la levadura.
Añadid el aceite al recipiente.
En este caso yo he utilizado una amasadora KitchenAid, pero podéis amasarlo a mano también.
Dejad que trabaje la máquina hasta que coja buena textura.
Amasada la masa, retiradla y pasadla a la mesa de la cocina con una pizca de harina para evitar que se enganche.
A pesar de haber trabajado la masa a máquina, a mí siempre me gusta amasarla un rato a mano también por dos razones: la primera para no perder la práctica, y la segunda para acabar de amasar la mezcla con movimientos diferentes a la máquina. Tenéis que conseguir una masa elástica.
Seguidamente, haced una bola y pasadla a un recipiente con un poco de harina.
Tapadla con un trapo húmedo y dejadla subir entre 30-45 minutos. Evitad corrientes de aire. Dentro del horno apagado es un buen lugar.
Pasado este tiempo, y dependiendo de la humedad y temperatura ambiental, la masa habrá doblado su volumen.
Notaréis que se desinfla al tocarla. No sufráis que volverá a fermentar.
Amasad de nuevo la masa y separad bolas de unos 150-175 gramos.
Ahora, estirad estas bolas con un rodillo o una botella limpia.
Dadle forma de coca alargada y pasadla a una bandeja de horno con papel tipo cuisson. Ahora dejad la bandeja dentro del horno durante unos 20-30 minutos para que vuelva a fermentar.
Mientras sube la masa, preparad los ingredientes.
Como comento dentro de la introducción, si no encontráis butifarra de coradella podéis utilizar butifarra negra.
Preparad unas rebanadas.
Ni demasiadas delgadas ni demasiado gruesas. Reservadlas para más adelante. Cuando la coca esté casi cocida añadiremos las rebanadas. Si lo hacéis antes se os quemará la butifarra.
Por otra parte, calentad una sartén con un poco de sal y saltead los espárragos silvestres ya lavados.
Tirad un chorro de aceite y cuando empiecen a coger color los reserváis. El espárrago quedará un poco cocido y se acabará de hacer dentro del horno, donde cogerá textura crujiente.
Una vez os ha subido la masa, tirad un chorro de aceite de oliva por encima.
Y sin miedo y con los dedos, marcad la coca esparciendo el aceite.
A continuación, poned los espárragos encima.
Echad también un poco de sal en escamas.
Pasad la coca al horno y dejadla cocer durante unos 15 minutos a unos 190 grados. Pasado este tiempo (según el horno), encontraréis la coca cocida y los espárragos crujientes. Vigilad no se queme.
En este punto, añadid las rebanadas de butifarra de coradella y dejadlo cocer 3-4 minutos más.
Seguidamente, ya podéis retirar las cocas y servirlas en mesa bien calientes.
Podéis echar un último chorro de aceite de oliva en crudo por encima.
¡Buen provecho!