Hoy os presento una alternativa a la coca "de recapte", donde se sustituyen el relleno de la coca por espinacas con pasas y piñones. De nuevo, y aunque aparentemente podríamos pensar con un sabor previsible, esta receta os sorprenderá gratamente, y disfrutaréis de una coca sabrosa, auténtica y con carácter propio. ¡Tsch!, que no es una pizza, ¿eh?... ¡Es una coca catalana! Espero que os guste.
400 g de harina
150 g de agua
20 g de levadura prensada
1 cebolla picada
2 tomates maduros
1 manojo de espinacas frescas
un puñado de piñones
un puñado de pasas
aceite de oliva
sal
Variantes:
- Podéis añadir un poco de pimentón al sofrito
- Podéis utilizar pasas tipo Corinto o tipo Sultanas (mejor sin hueso)
Preparamos todos los ingredientes.
Utilizaré una amasadora KitchenAid para hacer la masa, aunque también la podéis hacer fácilmente a mano.
Después de la harina, echaremos la sal, que mezclaremos bien con la harina.
Añadimos la levadura prensada.
Y el agua.
Lo pondremos a trabajar unos 15 minutos.
Si encontráis que falta humedad podéis tirar un pequeño chorro de agua.
Ya tenemos la masa a punto.
A mí me gusta trabajar un rato con las manos todas las masas.
Utilizad la palma de la mano.
Finalmente, haremos una bola que reservaremos dentro de un cuenco con un poco de harina.
Tapadla con un trapo y dejad que suba hasta que doble su volumen.
Mientras tanto, nos dedicaremos a hacer el sofrito y preparar el relleno de la coca.
Como siempre, cortaremos las puntas de las espinacas y los sumergiremos bajo el agua (en la pica). De esta manera extraeremos toda la arena que contienen. Podéis repetir el proceso un par o tres de veces.
Ahora, cortaremos la cebolla en juliana.
Rayaremos los tomates maduros.
Si queréis, es opcional, podéis añadir un poco de pimentón dulce, para oscurecer el sofrito.
... añadiremos el tomate.
Un punto de sal y a sofreír a fuego bajo durante unos 10-15 minutos.
Tenéis que notar que se ha consumido toda el agua del tomate y el conjunto empieza a caramelizar.
Reservamos el sofrito.
Las espinacas que teníamos en remojo...
... los escurrimos bien.
Volvemos a la masa.
Chafadla bien...
... amasadla un poco y haced una coca grande o dos más pequeñas. Yo os aconsejo hacer dos con la base más delgadas, que una masa gruesa.
Con el rodillo, estiraremos la coca.
Bien fina.
Y la colocaremos sobre una bandeja de horno con papel tipo cuisson.
A continuación, sin dejar que suba de nuevo, pondremos el sofrito.
Si hacéis dos, poned la mitad del sofrito a cada una. ¿No habría que decirlo, verdad?
Que quede bien repartido.
Y por fin, colocaremos encima las hojas de espinaca.
Así.
Vamos por las pasas y los piñones.
Echad un puñado bien repartido.
Finalmente, un punto de sal adicional...
... y un buen chorro de aceite de oliva.
Ya la tenemos a punto. Tiene mucho volumen, pero veréis cómo las hojas enseguida se reducen.
Pondremos la coca a cocer al horno a unos 180-190 °C durante unos 12-15 minutos.
Cuando tenga buen color, ya la podréis sacar del horno.
¿A qué ahora tiene mejor pinta?
La masa tiene que quedar crujiente. Servidla bien caliente.
¿Queréis probarla?
¡Buen provecho!