Un entrante que repetirás muchas veces. ¿Y por qué estoy seguro de eso? Pues porque es muy fácil de cocinar, es un plato que está a la altura de cualquier acontecimiento, elegante y sabroso, casi umami. Combina sabores salados y dulces y combina texturas blandas y crujientes. ¡No podrás parar de comer estas cocas individuales ¿Qué más se puede pedir? ¡Vamos!
- 1 muslo de pato confitado
- 6 minicocas de pasta brisa o base de pizza
- 300 g de cebolla caramelizada dulce
- 350 g de queso tipo mozzarella
- Brotes germinados de rúcula y/o alfalfa
- 1 cebolleta
- Pimienta negra
- Un puñado de piñones
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimentón picante (opcional)
Pon el muslo de pato confitado en un plato.
Caliéntalo en el microondas hasta que la grasa quede bien disuelta.
Ahora, con el tenedor, deshilacha la carne de pato y retira todos los huesos. Resérvala.
En una bandeja de horno, coloca las minicocas. En mi caso, he utilizado bases de pizza que he recortado con un cortante.
La cebolla caramelizada la puedes hacer tú mismo, añadiendo un par de cucharadas de azúcar al final y dejando que coja este bonito color. En caso contrario, la puedes comprar ya hecha.
Pon una primera capa de cebolla caramelizada sobre las cocas.
Seguidamente, una buena cantidad de carne de pato confitado por encima. Procura aplastarla un poco.
Tira un poco de queso mozzarella por encima.
Y un puñadito de piñones.
Finalmente, coloca unas rodajas de cebolla tierna por encima.
Un chorrito de aceite de oliva virgen extra y una pizca de pimienta negra.
Y cuece las cocas al horno a 180-190 grados hasta que queden doradas y crujientes.
Estas cocas se pueden comer frías o calientes.
Finalmente, puedes decorarlas con unos germinados. En mi caso, he utilizado rúcula y alfalfa, pero si tienes de lenteja o garbanzo también.
¡Muy bien! Si le falta sal puedes tirar unas escamas por encima.
Por último, y bastante recomendable, decora el plato con una pizca de pimentón picante y un chorrito de aceite de oliva. El punto picante le queda muy bien.
Se puede comer con tenedor y cuchillo.
Pero yo recomiendo comerlas con las manos y sentir el crujiente de la base en la boca.
Alternativamente, y para complacer los más pequeños de la casa, podéis hacer unas minicocas (llámalas minipizzas) de otros sabores y combinarlas todas (pepperoni, 3 quesos, etc).
¡Buen provecho!