Esta particular coca se consume y se elabora en todas las provincias de Cataluña, aunque, según dicen, en cada pueblo tienen su propia personalidad y elaboración. De hecho, es una masa de pan, con un poco de aceite, igual que la que podemos hacer para una base de pizza, donde encima colocaremos todo tipo de ingredientes como pimiento y/o berenjena escalivados, atún, jamón serrano, huevo duro, cebolla, butifarra, longaniza cruda, sardinas, olivas, tomate, arenques, anchoas, setas de temporada, etc. Siempre bien regada con aceite de oliva virgen, uno de los productos más emblemáticos de nuestra gastronomía.
No se acostumbran a utilizar ingredientes foráneos como surimi de cangrejo, pepinillos, alcaparras... ni, por supuesto, salsas del tipo barbacoa, ketchup, jalisco, ximi-xurri, ni trapicheos de estos. Tienen que ser todo ingredientes de nuestra tierra.
La coca "de recapte" es un poco más "basta" que una pizza, ya que los ingredientes no se desmenuzan tanto, sino que se ponen prácticamente enteros o en trozos muy grandes. En principio, no le pondremos ni salsa de tomate, ni orégano, ni queso, que tanto caracteriza a las pizzas de hoy. Esta coca se puede consumir un día después de cocinarla (muy recomendable) y, aunque lo más frecuente es hacerla en casa, también es muy común encontrarla durante todo el año en hornos y pastelerías de toda Cataluña. Yo hace muchos años que la veo, sobre todo, en los hornos de pueblos más que de las ciudades.
400g de harina (si es fuerza mejor)
20g de levadura prensada
10g de sal
un chorro de aceite de oliva
150 g de agua
Para la guarnición:
2 tomates maduros picados
4 cebollas picadas
2 berenjenas escalivadas
2 pimientos escalivados
4 arenques o 4 butifarras/salchichas
aceite de oliva
sal
Preparamos todos los ingredientes.
Utilizaré una amasadora KitchenAid para hacer la masa, aunque también la podéis hacer fácilmente a mano.
Después de la harina, echaremos la sal, que mezclaremos bien con la harina.
A continuación tiraremos la levadura prensada desmenuzada.
Y el agua.
Lo pondremos a trabajar unos 15 minutos.
Ya tenemos la masa a punto.
A mí me gusta trabajar un rato con las manos todas las masas.
Finalmente haremos una bola que reservaremos dentro de un cuenco con un poco de harina.
Tapadla con un trapo y dejad que suba hasta que doble su volumen.
Mientras tanto, podéis aprovechar el tiempo para preparar los ingredientes de la guarnición y escalivar el pimiento, la cebolla, el tomate, etc...
Lo ponemos todo en una bandeja para el horno con un buen chorro de aceite.
Lo coceremos a 180 grados durante unos 20-25 minutos.
Una vez elevada, volvemos a la masa.
Hacedlo bien...
... amasadla un poco y haced una coca grande o dos más pequeñas. Yo os aconsejo hacer dos con la base más delgadas, que una masa gruesa.
Bien fina.
Y la colocaremos sobre una bandeja de horno con papel tipo cuisson. Estiraréis con un rodillo, y hacéis una base muy delgada, de la medida de una caja de cartón más o menos. Además, lo tenéis que estirar de manera que no quede ninguna forma concreta, un poco mal hecha, expresamente. De hecho, con estas cantidades os saldrán un par de cocas.
Haremos una coca con sardina y la otra con butifarra.
Una vez sacada la espina de las sardinas, las reservaremos para más adelante.
Cogeremos tres tomates maduros bien limpios.
Los cortaremos finitos.
Ya tenemos la escalivada a punto.
Como podéis ver, a media cocción he añadido una butifarra.
Iremos cogiendo todos los ingredientes con unas pinzas...
... y los reservaremos en un plato
El aceite que ha quedado en la bandeja del horno lo repartiremos por encima de las dos cocas.
Y como no me ha parecido suficiente, he añadido un poco más.
Ahora, con una cuchara, extendemos bien todo el aceite.
Con todos los ingredientes preparados, montaremos la coca.
Lo que hemos dicho, una coca de sardina y la otra de butifarra.
Como podéis ver, los trozos son grandes y generosos... así tiene que ser la coca de recapte.
Perfecto. ¿Qué nos queda?
Cocer las cocas al horno a 180ºC durante 30 minutos.
Hasta que tengan buen color.
Y ya las tenemos.
¡Ummmmm!
Esta coca la tenéis que dejar enfriar... y es mejor comerla de un día para el otro.
Por lo tanto, os aconsejo taparlas con papel de plata hasta el día siguiente. ¿Tienen buena pinta, eh?
... ¿dan ganas de cortar un trozo, eh?
¡Buen provecho!