Hoy os mostramos como preparar una masa crujiente (apto para pizzas también) con la que elaboraremos una coca sencilla y sabrosa, ideal para compartir con amigos y familia a cualquier hora del día. Tanto el formato (alargada, cuadrada, redonda, individual, etc...) como el queso utilizado (de cabra, de oveja, de vaca, seco, semi, etc..) los podéis adaptar perfectamente a vuestro gusto. Eso sí, os recomendamos mucho utilizar sobrasada de Mallorca IGP (o la de Menorca, que es menos grasienta), pero un producto bueno de verdad. Ya sabéis que cuando trabajamos con elaboraciones tan sencillas y con tant pocos ingredientes como esta, resulta todavía más importante velar por la calidad de los mismos.
Una vez tengáis la masa hecha, el resto estará chupado. Y no dejéis de hacer participar a los más pequeños de la casa que se lo pasarán muy bien cocinando y probando. Es importante cuidar la educación culinaria. Se sentirán muy satisfechos con la participación. ¡Vamos!
Para hacer la masa:
400 g de harina fuerza
200 g de agua
50 g de aceite de oliva
25 g de levadura fresca
1 cucharadita de sal
media cucharadita de azúcar
Para la coca:
Rebanadas de sobrasada de Mallorca
Trozos de queso seco de oveja
Romero fresco
Aceite de oliva
Variantes:
- Podéis utilizar otros tipos de queso
Primero tenéis que preparar la masa. Pesad la harina y ponedla en un recipiente.
Pesad y añadid la levadura fresca.
La levadura la podéis añadir con la harina, desmenuzada con la mano y removerlo. De lo contrario, se puede disolver con un poco de agua. Es importante evitar que la levadura entre en contacto directo con la sal, ya que la sal mata la levadura fresca.
Seguidamente añadid el azúcar.
Y el agua. Mejor a temperatura ambiente, que no esté fría, para estimular la levadura.
Ahora, procurad utilizar un aceite de calidad, que tenemos de muchos buenos en nuestra casa.
Añadid también el aceite al recipiente.
En este caso yo he utilizado una amasadora KitchenAid, pero podéis amasarlo a mano también. Dejad que trabaje la máquina hasta que coja buena textura.
Una vez amasada la masa, retiradla y pasadla a la mesa de la cocina con una pizca de harina para evitar que se enganche.
A pesar de haber trabajado la masa a máquina, a mí siempre me gusta amasarla un rato a mano también por dos razones: la primera para no perder la práctica, y la segunda para acabar de amasar la mezcla con movimientos diferentes a la máquina. Tenéis que conseguir una masa elástica.
Seguidamente, haced una bola y pasadla a un recipiente con un poco de harina.
Tapadla con un trapo húmedo y dejadla subir entre 30-45 minutos. Evitad corrientes de aire. Dentro del horno apagado es un buen lugar.
Pasado este tiempo, y dependiendo de la humedad y temperatura ambiental, la masa habrá doblado su volumen.
Notaréis que se desinfla al tocarla. No sufráis que volverá a fermentar.
Amasad de nuevo la masa y separad bolas de unos 150-175 gramos.
Ahora, estirad estas bolas con un rodillo o una botella limpia.
Dadle forma de coca alargada y pasadla a una bandeja de horno con papel tipo cuisson. Ahora dejad la bandeja dentro del horno durante unos 20-30 minutos para que vuelva a fermentar.
Una vez ha subido, tirad por encima un chorro de aceite.
Ahora, con las manos limpias, marcad toda la superficie con los dedos.
Seguidamente, poned la sobrasada y presionad con fuerza. En mi caso he querido poner la sobrasada y el queso por separado pero podéis aplicar una capa de sobrasada en toda la coca y encima poner el queso. Hacedlo a vuestro gusto.
Seguidamente poned el queso.
Poned unas hojas de romero por encima.
Un último chorro de aceite y un poco de sal en escamas, y ya lo podéis hornear a unos 180-190 grados durante unos 15 minutos, hasta que tenga buen color.
¡Perfecto!
La podéis servir fría o caliente. ¡Buen provecho!