Todos tenemos un cóctel preferido, aquel que hemos tomado toda la vida. Pero también, de vez en cuando, a todos nos gusta probar nuevos cócteles, nuevos sabores y hacer de aquella experiencia un momento divertido. El cóctel San Francisco es de aquellas preparaciones básicas que encontraréis por todas partes. Tiene la ventaja, según mi opinión, que se puede servir con o sin alcohol, lo que lo hace apto también para los más pequeños de la casa que, por cierto, les acostumbra a gustar mucho. Para hacer este cóctel os recomiendo utilizar una coctelera y, sobre todo, un recipiente medidor, lo que asegurará que siempre os queden igual.
Por otra parte, podéis preparar el azúcar glaseado para decorar las copas previamente. Es habitual servir los cócteles con azúcar grano blanco o azúcar moreno, pero yo os recomiendo (y así lo hacen muchos profesionales) utilizar almíbar en lugar de azúcar grano. El grano tiene más dificultades para disolverse y a menudo, si no lo removemos bien, queda en el fondo de la copa. Eso queda solucionado con el almíbar que, al ser líquido, endulzará todo el conjunto desde el primer momento y hará que la mezcla sea perfecta. Por sus ingredientes, no hay que decir que se una copa bastante calórica, por lo tanto no os recomiendo abusar. Pero de vez en cuando... si, ¿verdad?
Es habitual decorar este cóctel con algún pincho de golosinas. A continuación os explico el paso a paso. Las cantidades corresponden a un cóctel de tamaño grande (copa grande) y con una buena cantidad de hielo picado.
2 medidas de zumo de naranja
1 medida de zumo de piña
1 medida de zumo de melocotón
1/2 medida de zumo de limón
1/2 medida de granadina
1 medida de almíbar
naranja para decorar
azúcar de colores para glasear
Variantes:
- Si lo queréis con alcohol añadid 1 medida de ron
Si os apetece, lo que primero os recomiendo es preparar el azúcar de colores para glasear, pero lo tendréis que hacer el día antes, o unas horas antes, para dejarlo secar un poco.
También os recomiendo hacer al mismo tiempo que el azúcar de colores (el día antes) el almíbar. Este almíbar nos servirá para endulzar correctamente el cóctel, pero también nos servirá de pegamento para el azúcar de colores.
Imprescindible una coctelera. Hoy día las encontraréis muy económicas (20 euros). Y lo más importante de todo es el vaso medidor, la clave para hacer correctamente cualquier cóctel.
Empezáis por poner el azúcar de color en un plato llano.
Haced lo mismo con un poco de almíbar. Si no lo hacéis podéis utilizar la misma granadina para pegar el azúcar de color.
A continuación, aplicadle el azúcar con colorante y dáis unos giros por asegurar que quede bien impregnado.
Perfecto. Ya tenéis el glaseado hecho.
Llenad el vaso o la copa con hielo picado hasta casi arriba.
Ahora, poned un par de cubitos de hielo grandes dentro de la coctelera. Es importante enfriar el contenido durante la mezcla.
El vaso medidor, normalmente, tiene dos medidas: la grande y la pequeña. De hecho la pequeña es la mitad de la grande, lo que os puede servir como referencia.
Ponemos el zumo de naranja, que son dos medidas grandes.
Una medida de zumo de piña, para dentro.
La medida de zumo de melocotón y la media medida de zumo de limón. Como todos los zumos son bastante dulces, el limón dará equilibrio al conjunto.
Y finalmente el almíbar. La granadina no se tiene que poner dentro de la coctelera.
Ahora si, cerradlo bien y ponedle el tapón (si tiene).
¡Y cómo no, el momento más esperado, a remover el culo un rato! Con pocos segundos tenéis más que suficiente.
Preparad un poco de piel de naranja para decorar el vaso, o al menos unos trozos de naranja.
Y justo en el momento de servir la copa al consumidor es cuando se tiene que poner la granadina. Si utilizáis la cuchara para hacer bajar la granadina por un lado conseguiréis un bonito efecto óptico y, por densidad, hacerla bajar al fondo. De esta manera se podrán apreciar los colores antes de remover.
Y si no estáis para historias, pues la echáis por encima con naturalidad y listos, que tampoco pasa nada.
¡Decorad con la naranja y a disfrutar!
Una vez removido, el cóctel San Francisco coge este bonito y atractivo color.
¡Buen provecho!