Esta receta me hace pensar en cómo sería la vida y la gastronomía de nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. La cocina tradicional antigua era una cocina contundente, orientada a recuperar todo aquello que el cuerpo humano había perdido trabajando de sol a sol en el campo y, por lo tanto, las comidas estaban cargadas de proteínas y grasas. Por todo eso, a pesar de tener el estómago preparado por aquella fuerte dieta, era muy importante acompañar los grandes platos de otros platillos o ensaladas. Como ya sabréis, el vinagre es digestivo y ayuda a desintoxicar y purificar la sangre, y destruye bacterias, hongos y parásitos intestinales y estabiliza los niveles de azúcar en sangre, lo que permite controlar mejor el hambre, el colesterol, la obesidad y el estreñimiento.
Yo os recomiendo probar la col confitada. Pasados un mínimo de 15 días en vinagre ya se podrá consumir. Siempre que la col quede cubierta por el vinagre, la podréis conservar durante mucho tiempo e ir consumiéndola durante el año. Ni que sea por curiosidad, es recomendable preparar una col confitada, no cuesta nada de hacer y siempre es interesante tener en la nevera. Hoy en día, es todo un lujo poder disfrutar de las preparaciones más tradicionales de nuestra cocina. ¡Vamos!
1 col de invierno sin las hojas más verdes
vinagre
Variantes:
En vez de vinagre se puede utilizar una mezcla de vinagre y vino blanco
También se puede añadir un poco de agua para rebajar el vinagre
Con la col también se pueden poner algunas guindillas verdes
También se hace con coliflor
Primero tendremos que limpiar la col.
Si vais al mercado, le podéis pedir a la verdulera que os limpie la col de hojas verdes.
De lo contrario, lo tendréis que hacer vosotros mismos en casa.
Para hacer esta receta sólo nos interesan las hojas más tiernas y blancas. La partiremos.
Perfecto.
Iremos seleccionando las mejores hojas.
Y las lavaremos.
Una vez limpias, las enrollaremos un poco y...
con la mano las romperemos a trozos más pequeños. No os preocupéis si quedan trozos más grandes que otros.
A continuación, colocaremos la col dentro de un frasco de cristal de tamaño grande.
Haremos una cierta presión, para aprovechar al máximo el volumen del tarro.
Hasta que esté prácticamente lleno.
Seguidamente, poned vinagre hasta cubrirlo todo. Yo he utilizado vinagre blanco, normal.
Que llegue hasta arriba.
Cerramos y ya está.
Sólo nos queda esperar un mínimo de 15 días.
Y ya tenemos nuestra col confitada preparada.
Pasado este tiempo, ya la podréis consumir, conservándose el resto en el mismo vinagre.
Antes de servirla, se recomienda dejar la col en remojo en agua un par de horas para sacarle el exceso de vinagre.
Ya la podemos servir como acompañamiento de unos guisantes negros con picatoste, por ejemplo, muy típico del Berguedá.
¡Buen provecho!