Hay tantas y tantas maneras de cocinar el conejo en nuestra casa que no acabaríamos nunca de publicar recetas. Esta de hoy es una de aquellas bien típicas y tradicionales, sin embargo, no tengo demasiado claro porque no se cocina más a menudo, al menos dentro de mi entorno. ¡Y bien buena que está! Un plato económico, sano y muy bueno de sabor. De aquellas recetas que te permiten presentar en la mesa un plato de fiesta, habiendo dedicado poco tiempo y dinero. Es una receta extrapolable a cualquier otra carne blanca, como puede ser el pollo.
1 conejo a trozos
6 dientes de ajo sin pelar
2 limones pelados y cortes en dados pequeños
aceite de oliva o manteca
pimienta negra
sal
Variantes:
Podéis hacer una reducción de vino
También podéis añadir alguna hierba aromática
Preparamos todos los ingredientes.
El conejo tiene que estar cortado a trozos más bien pequeños.
Las cortaremos en rodajas primero...
... para hacerlas en dados pequeños después. En los ingredientes os comento que el limón se tiene que pelar, pero finalmente he optado por no hacerlo. He considerado que, precisamente, la piel amarilla es la que aromatizará el plato. Precisamente, la parte más blanca del limón es la más amarga. Si la peláis, retirad el máximo de piel blanca posible. En cualquier caso, para reducir la amargura podéis añadir una pizca más de sal y, sobre todo sobre todo, servís el plato bien caliente. La baja temperatura aumenta la sensación de amargura.
Salamos el conejo...
... y lo pimentamos.
Ahora pondremos a calentar un poco de aceite o manteca en una cazuela.
Doraremos los dientes de ajo con el aceite.
Seguidamente añadiremos los trozos de conejo.
Dadles la vuelta de vez en cuando.
El conejo tiene que quedar doradito por fuera.
Cuando se os empiece a pegar un poco y mostrar que las esquinas de la cazuela quedan más oscuras, será el momento de añadir el limón. Pero cuidado no se os queme, ¿eh?
Venga, el limón cortado con el zumo y todo.
Lo removemos un poco y lo dejamos cocer tapado unos 20 minutos.
A media cocción, si queréis, podéis añadir una copa de vino o de agua, por si os falta líquido.
Lo dejaremos cocer a fuego lento durante unos 40 minutos en total.
De vez en cuando lo tendréis que remover y vigilar que no se os queme ni se pegue a la cazuela. Ponedlo a punto de sal y pimienta.
Y ya lo podremos servir bien caliente. Si dejáis reposar el guiso 24 horas estará mejor.
Y a disfrutar de un buen conejillo.
¡Buen provecho!