No podía faltar el tradicional asado de ciruelas y piñones, en esta ocasión, hecho con conejo. Aprovechad la temporada de invierno para disfrutar de este tipo de guisos, de los que nos permiten mojar pan, disfrutar de la cocina de verdad. ¡Vamos!
1 conejo cortado en 8 trozos
1 cebolla cortada a trozos grandes
200 g de ciruelas secadas con pepita
un manojo de piñones
1 copa de brandy
1 rama de canela
un trozo de manteca de cerdo
aceite de oliva
pimienta negra
harina
agua
sal
Variantes:
- Podéis hacer la misma receta con pollo, pavo o pato
- Se pueden añadir otras frutas secas
Preparad la carne.
Yo he pedido que me corten el conejo en ocho trozos, es decir, la mitad de cuartos, pero lo podéis hacer un poco más pequeño si os gusta.
Preparad el resto de ingredientes. Hay quien pone en remojo las ciruelas, pero en este caso no hace falta.
Poned a calentar un trozo de manteca con una cantidad similar de aceite de oliva.
Y pimentadlo.
Ahora pasad por harina.
Y marcadlo junto con la cabeza de ajos, un poco pelada y pinchada.
Que os quede dorado, por ambos lados.
Y lo reserváis.
Si hace falta, retirad el exceso de aceite y ahora poned la cebolla mal cortada con la rama de canela.
Esperad hasta que la cebolla cambie de color y recoja todas las partes pegadas de freír el conejo. Dadle unas vueltas.
Ahora, volvéis a añadir el conejo y lo mezcláis todo.
Verted la copa de brandy y dejad que se evapore el alcohol, mínimo unos 10 minutos.
Seguidamente cubrid con agua la carne.
Saladlo un poco y dejadlo cocer a fuego medio-bajo durante unos 45 minutos.
A mí me gusta añadir de inicio dos o tres ciruelas que se desharán completamente y enriquecerán la salsa. El resto de ciruelas las incorporaréis después.
Que haga chup-chup.Vigilad que no falte nunca líquido. Si falta, podéis tirar más agua, pero que esté hirviendo.
Pasados los 45 minutos comprobad la cocción del conejo. Si hace falta dejadlo unos minutos más. Si está cocido, ya podéis añadir los piñones.
Y también las ciruelas.
Dejadlo cocer todo junto unos 10 minutos más y rectificad de sal si hace falta.
Apagad el fuego y dejad enfriar el guiso. Cuando esté totalmente frío, guardadlo en la nevera. Ya sabéis que hay que dejar reposar los asados. ¡Al día siguiente estará brutal!
Una vez ha reposado en la nevera, os lo encontraréis así, con una imagen bastante grasienta. Es normal. Ponedlo a calentar a fuego bajo y con una tapa.
A medida que se va calentando, dadle la vuelta al conejo, pero con mucho cuidado de no estropear la carne. Cuando esté bien caliente, que empiece a hervir de nuevo, ya lo podéis servir. ¡Qué pinta!
¡Hacia la mesa!
¡Buen provecho!