El conejo, el ajo, el tomillo, el romero y el cava, son productos lo bastante identitarios de nuestra cultura como para definir esta receta como tradicional. Un asado sano y sabroso, con una buena combinación de sabores. Como veréis, y para reforzar esta peculiar sensación refrescante del cava, he creído oportuno incorporar una rama de menta fresca. Eso le ha aportado en el plato un plus adicional de frescura muy interesante.
1 conejo cortado para asar
1/2 puerro
4 dientes de ajo
1 vaso de cava
1 cebolla picada
un ramillete de hierbas (tomillo, romero y menta)
harina
pimienta negra
aceite de oliva
sal
Variantes:
Podéis hacer el mismo plato con pollo
El ramillete de hierbas puede ser diferente (hisopo, etc...)
Preparamos los ingredientes.
Empezaremos por lavar el conejo y secarlo con un trapo. Seguidamente lo salaremos y...
lo pimentaremos.
Poned un buen chorro de aceite a calentar en una sartén. Mientras tanto, enharinad los trozos de conejo.
Pos ambos lados.
Freíd el conejo.
Mientras se hace el conejo, podéis ir picando la cebolla y...
el puerro.
Preparad un fardo con una rama de romero, tomillo y menta, y atadlo con hilo de cocinar.
Vigilad el conejo y dadle la vuelta.
Si no os cabe todo de golpe, lo podéis freír por tandas, reservando la primera en un plato.
Una vez frito todo el conejo, lo juntaremos dentro de la cazuela y añadiremos el puerro...
tres o cuatro dientes de ajo sin pelar...
y el fardo de hierbas.
Lo removeremos un poco y lo dejaremos sofreír todo unos 10 minutos removiendo de vez en cuando.
Cuando la verdura tenga una textura más blanda, ya podremos añadir el cava.
Podéis utilizar cualquier cava.
Con un vaso tendréis suficiente.
Lo vertemos dentro de la cazuela.
Lo removemos un poco y dejaremos que se evapore el alcohol durante unos 10 minutos a fuego medio bajo.
Seguidamente, lo cubriremos todo con agua hirviendo.
Lo salaremos ligeramente.
Lo taparemos para dejar estofar el conejo durante unos 40-45 minutos aproximadamente. Si los trozos de conejo son más grandes, quizás lo tendréis que tener hasta una hora. Pasado el tiempo de cocción, rectificad de sal y dejad reposar el plato un rato, preferiblemente unas horas.
Y ya lo podéis emplatar.
¡Buen provecho!