De vez en cuando, nos tenemos que dejar de tonterías y disfrutar de un plato de aquellos de toda la vida, donde se pueda mojar pan con ganas, y que el placer de disfrutar de aquello que decimos "buenos alimentos" quede satisfecho. Ningún misterio, ningún nuevo invento, ninguna sofisticación y ningún ingrediente estrafalario. Tan solo conejo con samfaina, sí, de aquellos manjares que siempre hemos tenido al alcance y (cruzamos los dedos) siempre los tendremos. Pequeños placeres que nos regala la vida que, a menudo, ignoramos injustamente debido a su sencillez. Yo os pido que hagáis este plato, que recuperéis del olvido las recetas tradicionales, ni que sea para darlas a conocer entre los más pequeños de la casa que, puede ser, todavía no las han probado nunca.
1 kg de conejo a trozos
samfaina
aceite de oliva
pimienta
agua
sal
Variantes:
También se puede hacer con pollo o con conejo y pollo.
Lavad toda la verdura.
Empezad por hacer la samfaina dorando unos ajos laminados con aceite de oliva.
Mientras tanto, rayad los tomates maduros: bien maduros.
Cuando el ajo tenga buen color, añadid los pimientos. Dejad que se vayan ablandando.
Mientras tanto, lavad el conejo con agua y secadlo con papel de cocina.
Saladlo y pimentadlo.
Cuando el pimiento esté blando, añadid la cebolla.
Paralelamente, en una cazuela con aceite y un par de ajos, freíd el conejo.
Por ambos lados hasta que coja buen colorcito.
Añadid la berenjena a la samfaina y dejadla hacer un rato.
Cuando la verdura esté cocida, añadid el tomate. A mí me gusta añadir una cucharada de pimentón, ya que le dará más color y un punto de sabor. Saladlo un poco y dejadlo cocer a fuego bajo tapado durante unos 15 minutos.
El conejo, ya frito, reservadlo y retirad el aceite sobrante.
Dejad que la samfaina se haga poco a poco. Poned un punto de azúcar, por aquello de la acidez del tomate y rectificad de sal cuando haga falta.
Dejad que casi caramelice. Si os queda muy seca, podéis añadir un poco de agua o, incluso, un poco de tomate frito adicional.
Una vez hecha la samfaina, pasadla a la olla más grande, donde habéis frito el conejo.
Poned el conejo encima y removedlo con cuidado de no estropear la carne. Dejadlo cocer todo junto entre 5-10 minutos y apagad el fuego.
Este plato es de aquellos que necesita un reposo. Por lo tanto, si lo hacéis el día anterior mejor o, al menos, dejadlo reposar un par de horas antes de ser consumido.
Y ya lo podéis servir, bien calentito, con un poco de pan y un poco de vino.
¿Lo queréis probar?
¡Buen provecho!