Una receta muy fácil de hacer... que no requiere de demasiada dedicación... y con la que quedaréis bien con todo el mundo (a quien le guste el conejo, claro). Pero tenéis que tener en cuenta que hay bastante gente que es alérgica a la miel. Por lo tanto, aseguraos de no cagarla. No tiene ningún misterio el plato... más que la combinación del conejo hecho al horno con un buen chorro de miel 5 minutos antes de sacarlo. Yo soy un amante de las combinaciones dulce-salado. Y esta es totalmente recomendable.
1 conejo partido por la mitad
una rama generosa de romero
aceite de oliva
pimienta negra
sal
miel
Variantes:
Como guarnición podéis acompañarlo de patatas al caliu, fritas, verduras, judías blancas, níscalos, etc...
Lavad bien el conejo. Lo saláis y lo pimentáis por encima.
Lo colocáis en una bandeja para el horno... con un chorro de aceite de aceite en la base.
Ahora lo saláis y lo pimentáis también por debajo...
Y le dais la vuelta de nuevo.
Que queden las hierbas debajo.
Ahora lo rociáis todo con aceite.
Lo ponéis a cocer a unos 200 grados... con ventilación... durante aproximadamente 30-35 minutos.
Lo vais controlando y le vais dando la vuelta.
Hasta que esté bien tostadito.
Cuando consideréis que le falten 5 minutos de horno... le tiraremos un buen chorro de miel por encima.
A cada uno de los trozos del conejo.
Lo dejáis cocer los 5 minutitos que quedan. Veréis como la miel se habrá prácticamente fundido con el conejo.
Lo serviremos al plato con un chorro de la poca salsita que se genera, pero que tiene un sabor intenso a miel.
Lo podéis acompañar de patatas o de judías salteadas con ajo y perejil y pimentón.
Qué pinta más buena.
Y si os gusta más la parte del muslo, pues aquí la tenéis.
Que lleve miel no quiere decir que no podamos mojarlo en alioli, que le va de fábula.
¡Buen Provecho!