Querría hacer una recomendación especial para este plato. Si queréis quedar bien con alguien, esto no falla nunca. ¿Pero seguro, eh? Yo calificaría este plato de espectacular y no soy de utilizar este adjetivo precisamente. Poco a poco, he ido adaptando la cocción y le he hecho un adobo especial que lo hace irresistible.
¿Y os preguntaréis, pero qué es la Mostarda? De entrada os diré que, a pesar del aspecto, no tiene nada que ver con la fruta confitada pegajosa y asquerosa... no,no. De verdad. Es dulce, sí, y pegajoso, si, pero no demasiado dulce, y pica un poco. Es peculiar, vaya. La mostarda es una guarnición típica del norte de Italia (Lombardía) y se hace con aceite de mostaza, clavo, vinagre, pimienta, etc...
1 muslo (o 2 hombros) de cordero con un par de pre-cortes
1 cebolla
2 o 3 patatas grandes
brandy
aceite de oliva
unas hojas de tomillo
unas hojas de romero
1 limón
pimentón
pimienta negra
ajo y perejil
4 o 5 tomates de colgar
3 o 4 ajos
agua
sal
1 bote de Mostarda Di Cremona (del sabor deseado)
Empezamos por preparar todos los ingredientes y lavar bien el muslo de cordero.
Ajo, cebolla, limón, hierbas, pimienta, pimiento rojo, etc...
Como podéis ver, he pedido en la tienda que me lo corten un poco. Así también se cocerá mejor.
Picamos el ajo... el perejil y la cebolla, bien pequeños.
Lo incorporamos al aceite.
Echaremos el zumo de un limón.
Un par de cucharadas de pimienta negra.
Un par de cucharadas de romero y de tomillo. Si tenéis ramas frescas... mejor.
Un par de cucharadas de pimentón dulce...
... y una cucharada grande de sal.
Lo mezclamos todo bien.
Le daremos la vuelta con la ayuda del papel filme...
... y haremos lo mismo por el otro lado.
La idea es que todo el muslo se impregne bien de este adobo.
... y así, la dejaremos reposar 24 horas en la nevera.
Al día siguiente la sacamos... y ponemos en una bandeja.
Ummm... qué aroma. De entrada, ya podemos preparar el horno a 250 grados.
Dejad el muslo a máxima potencia durante unos 15 minutos.
Pasado este tiempo, rociad el muslo con abundante brandy (coñac) y rebajad el fuego a 190-200 grados.
Dejadla cocer... poco a poco... que estará un mínimo de dos horas. De vez en cuando, la rociaremos con su propia salsita.
Ahora, podemos pelar y cortar unas patatas cuadradas.
Las freímos.
Pero no demasiado. Que estén cocidas pero no doradas.
Las reservamos para incorporar al muslo durante la última media hora de cocción.
Ahora, cogemos unos tomates de colgar.
Y los partimos por la mitad.
Cuando el cordero lleve una hora de cocción... añadiremos un vaso de agua... y un poquito de sal si hace falta.
... también los tomates... para que suelten todo el sabor y aroma.
Y le daremos la vuelta al muslo.
Lo iremos rociando con la salsita cada 20 minutos.
Pasados unos 30 minutos más, volveremos a darle la vuelta.
Si queréis, podéis colar la salsa para sacar el exceso de hojas.
Siempre quedará una salsita más fina para presentar.
Seguimos bañando la carne.
Ahora, cuando falten unas 30 minutos, añadiremos las patatas.
Lo dejaremos cocer poco a poco. Probad la carne
Ya está cocida la carne niños... y las patatas han cogido un sabor... tremendo.
Y ya se puede servir.
Así sería un buen plato...
... pero falta la mostarda, chicos.
Acompañad cada plato de un surtido variado de mostarda.
Ummmm... se me hace la boca agua... que tonto soy.
Una patata... un poco de pera de la mostarda... y un trocito crujiente de cordero... bien cocido... ¡fuasss!
Acompañadlo de un vino tinto contundente... con cuerpo.
La carne se deshace, chicos.
Y si no queréis Mostarda, pues sin Mostarda. ¡Buen Provecho!