Hoy veremos como hacer una variante del tradicional Cordero al horno añadiendo unas cuantas ramas de romero y el zumo de un limón. El resultado, un cordero al horno como todos conocemos pero con un marcado sabor a montaña. ¡Que aproveche!
1 muslo de cordero marcado en cuatro trozos
4 o 5 ramas de romero fresco
4 o 5 dientes de ajo
1 cebolla cortada en rodajas
un trozo de manteca de cerdo
1/2 vaso de agua
un chorro de brandy
el zumo de un limón
pimienta negra
aceite de oliva
sal
Variantes:
- Lo podéis acompañar de unas patatas al horno
- Podéis sustituir la manteca por aceite de oliva
- Podéis utilizar vino rancio en lugar de brandy
Limpiamos bien toda la carne.
Cuando la compréis, decid que es para hacer al horno y que os marquen los cortes.
Salamos la carne por ambos lados.
Y lo pimentamos también.
Ahora, colocaremos una base de ramas de romero en una bandeja de horno.
Podéis dejar los trozos de limón por el medio. Lo reservamos y, mientras tanto, calentamos el horno a 160 grados.
Ahora, preparamos unos ajos y la grasa.
La manteca, o grasa de cerdo, es poco recomendable desde el punto de vista nutritivo, pero muy de vez en cuando, le da un sabor muy especial a las comidas, sobre todo a los asados.
Lo que acostumbro a hacer a menudo es poner mitad aceite de oliva y mitad manteca. Ponedlo a calentar.
Si queréis, haced un pequeño corte en los ajos para extraer su aroma.
Sin esperar a que esté el aceite caliente, pondremos los ajos a dorar un poco.
Poco a poco, irán cogiendo color, pero no demasiado tampoco. Solo queremos aromatizar la grasa.
A continuación, rociad toda la carne con esta mezcla de grasa y ajos.
A continuación, pondremos la carne al horno y la dejaremos hacer unos 90 minutos iniciales.
Vamos a por la guarnición. Mientras se hace la carne, podéis lavar unas patatas y partirlas por la mitad.
Pelad un par o tres de cebollas también, y reservadlas.
Colocad las patatas en una bandeja de horno...
y saladlas.
Pimentadlas también, si os gusta. Reservadlas.
Cuando hayan pasado unos 30 minutos de cocción del cordero, llenaremos un vaso por la mitad con brandy.
Y la otra mitad con agua. Podéis utilizar vino rancio o vino blanco, si queréis.
Lo verteremos sobre la carne y lo dejaremos cocer los 60 minutos más que quedan.
Pasado este tiempo, la carne empezará a coger color, pero ni de lejos estará cocida.
Le daremos la vuelta a cada trozo...
y lo rociaremos con su propio jugo. Lo volveremos a cocer 90 minutos más, a 160-170 grados también.
En este punto podéis poner también las patatas, en la parte baja del horno, y que se vayan haciendo. No olvidéis rociar tanto la carne como las patatas con el jugo de la carne.
Pasados los 90 minutos las patatas estarán cocidas y las tendremos que retirar del horno temporalmente.
En este punto, añadiremos la cebolla cortada a trozos por encima de la carne. Y lo dejaremos hacer de 30-40 minutos más, pero ahora a 200 grados.
De vez en cuando, girad la carne.
Aseguraos de rociarla con la salsa. De esta manera no quedará tan seca y cogerá mucho sabor a romero. Como veréis, y en total, el cordero habrá estado en el horno un mínimo de tres horas.
Cuando la carne esté prácticamente hecha, podéis apagar el horno y dejarla dentro con la puerta un poco abierta.
De esta manera se conservará hasta el momento de servir.
A mí, sin embargo, antes de servirla, siempre me gusta dar un golpe fuerte a 240-250 grados durante unos 10-15 minutos y hacer esta capa crujiente tan atractiva a la vista. Calentad también las patatas.
Y ya solo nos quedará emplatar.
Y disfrutar del cordero, del romero, de la patata.
Que no falte un buen vino en la mesa, amigos míos, y todavía menos, una buena compañía.
¡Buen provecho!