Hoy os traigo un plato de temporada (o no). Una crema que se come sola. Yo os la presento con unos dados de apio en crudo, para romper la armonía de la castaña y para darle un toque "crunchie". La podéis hacer con el sobrante de las castañas que hacéis para la "castañada", noche previa a la festividad de Todos los Santos, pero también la podéis hacer utilizando castañas pilongas, cono he hecho yo, que ya vienen deshidratadas y peladas. El resultado es una crema suave al paladar pero con carácter al mismo tiempo. Además, es muy versátil. La podéis utilizar para acompañar o hacer otros platos, tanto de carne como pescado o setas.
¡Buen provecho!
500 g de castañas peladas
500 ml de caldo de ave o agua
un chorrito de nata para cocinar
1 clavo
1 cebolla mediana
pimienta negra
50 g de mantequilla
aceite de oliva virgen extra
una rama de apio para decorar
sal
Variantes:
- Podéis hacer la crema con castaña de temporada o castaña pilonga
- Podéis decorar el plato con setas y/o trocitos más grandes de castaña
- Podéis utilizar esta crema para acompañar otros platos
Podéis utilizar castañas pilongas, o mejor dicho, castañas deshidratadas y peladas, disponibles, en cualquier época del año. Eso sí, se deberán hidratar la noche antes.
Lavadlas bien y ponedlas en un cuenco. Cubridlas con abundante agua. Las castañas casi doblarán su volumen una vez rehidratadas.
Dejadlas un mínimo de 8 horas, o la noche antes. Al día siguiente notaréis que tienen otro color y habrán crecido bastante.
Además, si estáis en temporada, podéis tostar y pelar las castañas. Lo que también implica más trabajo.
Yo la haré con castañas pilongas, pues garantiza poder repetir la receta en cualquier momento del año. Descartad el agua de hidratarlas y ponedlas en una olla.
Añadid abundante agua, que las cubra sobradamente. Un poco de sal.
Ponedlas a hervir a fuego medio entre 35-45 minutos, hasta que la castaña esté blanda.
Mientras tanto, podéis ir picando la cebolla.
Deshaced la mantequilla en una cazuela pequeña. Cuando esté deshecha y empiece a hacer "ruido", podéis echar la cebolla.
Dejad que la cebolla coja color. Añadid también el clavo, para dar aroma. También podéis utilizar nuez moscada. Cuando la cebolla sea dorada, apagad el fuego y lo reserváis.
Comprobad que la castaña esté bien cocida, probad un trozo.
Ahora colad las castañas, pero no tiréis el caldo. Volved a poner las castañas en la misma olla de cocción y añadid el sofrito de cebolla y mantequilla.
Tirad un vaso de caldo de castaña y medio litro de caldo de pollo. Saladlo un poco. El resto de caldo de castaña no nos hará falta. Solo para encontrar la textura más adecuada para nuestra crema. Retirad el clavo.
Ahora, con una batidora eléctrica, trituradlo todo bien fino. Con paciencia.
Una vez esté la crema bien fina con una textura casi final, añadid un buen chorro de nata líquida para hacerlo más agradable en boca. Con 100 ml aprox. será suficiente, pero probad la crema y corregid al gusto, que encaje con vuestra expectativa. Corregid de sal si hace falta.
Y ya la tenéis hecha. Podéis consumir una parte y congelar otra.
Como os comentaba, a mí que me gusta el apio y que me lo comería de la cabeza de un tiñoso, así, he optado por decorar el plato con unos dados de tronco de apio, bien limpio. La combinación es más que acertada. Finalmente, podéis echar un poco de "Sal Rosa del Himalaya", por aquello de darle sofisticación al plato. También algo de pimienta negra si os gusta.
Finalmente un chorrito de aceite de oliva virgen extra en crudo y a la mesa. ¡Buen Provecho!